Tendencias en corrugadoras

Con tanta evolución en los departamentos de acabado, tales como prensas nuevas con alistamiento automático, pre-alimentación y recibidores de alta capacidad, la habilidad para procesar el producto ha mejorado significativamente. Pero al invertir en estos procesos, la tolerancia por cartón imperfecto también crece, y los paros causados por cartón mal combinado se miden mas críticamente también.

¿Cómo ha respondido la industria de fabricación de máquinas corrugadoras? No es mi tarea ofrecer una presentación sobre los desarrollos de las distintas firmas de corrugadoras en esta columna, como quiera los profesionales de ventas de estas empresas pueden ofrecerles mucho más. Sin embargo, me gustaría enfatizar en los siguientes puntos.

Primero, para alcanzar a las máquinas de acabado y tener la flexibilidad para cambiar de gramaje y de combinación, todas las corrugadoras -sean viejas o nuevas- necesitan considerar cuáles son las causas que detienen a la máquina, y cuáles son las que bajan la productividad cuando existe un cambio, sea este de bobina, orden o combinación.

Eliahu Goldratt en su libro La Meta, nos invita a identificar los cuellos de botella en los procesos y luego a eliminarlos, es decir, a abrirlos. Si observamos cómo en la salida de la máquina nuestra gente simplemente no alcanza con el volumen, es necesario instalar un down-stacker o recibidor automático, al final de la línea. Esto me hace acordar de un programa llamado Yo amo a Lucy en el que las dos protagonistas están trabajando en una fábrica de dulces, en la línea de chocolates. Por el ritmo tan rápido en que aparecían los chocolates, las mujeres no alcanzaban a envolverlos todos, por eso algunas veces debían comerse uno, o ponerlo en el bolsillo. Entonces aparecía su jefe y les preguntaba: ¿cómo va todo? Ellas le hacían un gesto indicando que muy bien, y -como tenían chocolate en la boca-, no le podían explicar lo que sucedía. Su jefe, les contestaba: "Bueno, muy bien, entonces incrementen la velocidad".

Cuando automatizamos, siempre debemos tener en cuenta el impacto de la inversión en términos humanos. Si pedimos a nuestra gente que haga algo difícil o, en ocasiones, hasta imposible, por más que queramos, la línea no avanzará a más velocidad de su punto más lento, y casi siempre este punto es definido por dosificación humana. Por tanto, se puede tener la corrugadora más moderna, ancha, rápida, y con todo lo que nos podamos imaginar, pero, si no tenemos un recibidor al final que nos maneje el producto de forma automática, la línea será dosificada por el personal, al ritmo que permite el hombre trabajar con el tamaño y peso del cartón. Para correr rápidamente, el recibidor automático es el "cuello de botella" más importante.

En los últimos años, los pedidos se hacen cada vez más cortos, y han aparecido flautas nuevas o posibilidades de combinaciones en el mercado. Por tanto, todos esos elementos que ayudan a empalmar la nueva bobina con la vieja, cambiar de corte y cizalla automáticamente, y monitorear la calidad de la combinación, son puntos muy importantes.

Pensemos cuántas veces tenemos que cambiar una bobina en nuestra máquina. Cada cambio corresponde a una serie de variables que nos afectan en términos de la calidad del producto que hace la corrugadora, una lámina para ser convertida en una prensa. Si ponemos en práctica el concepto de que el departamento de conversión es el cliente, entonces las láminas fuera de especificación deben ser regresadas a la tripulación de la corrugadora, para que ese desperdicio sea asignado al área de la corrugadora, y no al área de acabado.

De repente, la tripulación de la corrugadora presta mas atención a su proceso, busca respuestas a las causas del problema y, eventualmente, encuentra la solución. Si no se dice nada, si no se miden los resultados, no se toma una acción para el mejoramiento del proceso.

Una solución que me ha impresionado es ofrecido por varias empresas. El detalle es que se instalan sensores, a ambos lados de los papeles que forman las caras del cartón combinado, los liners. Estos sensores se han instalando en la entrada de los single facers o cabezotes, en el puente, y antes del doble-backer o combinador. La idea es impartir a un PC la temperatura del liner, y optimizar la operación moviendo automáticamente los brazos envolvedores para que no se re-caliente o sobre-enfríe el cartón. Estas inversiones no son inalcanzables si se evalúa el beneficio que ofrecen en términos del cartón consistente en calidad. Para mí, todas las corrugadoras deben tener un sistema automático, porque el operario asignado a esta parte de la corrugadora está manejando además el empalme, y no puede estar vigilando el pre-calentador al mismo tiempo. Aquí, le estaríamos pidiendo hacer algo que es casi imposible. Este tipo de medidas deben ser incluidas en el presupuesto: como optimizadores de cambio de pedido en la corrugadora.

Cuando prepare su presupuesto, identifique en dónde interviene el operador, y qué debe hacer para efectuar el cambio, así como qué deja de hacer, por qué no tiene tiempo, y comience buscando soluciones para la línea, que realmente puedan satisfacer a sus clientes.