Responsabilidad social en empaques se escribe con erres

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El mundo vive hoy con verdadera inquietud una preocupación generalizada por la sostenibilidad. Nunca antes esta palabra había cobrado tanta vigencia y quizás hasta ahora no existía tanto consenso sobre su significado. Políticos, dirigentes, profesionales, consumidores y, por supuesto, las industrias y empresas, incluyen en su lenguaje el concepto de sostenibilidad y su materialización más evidente: La responsabilidad social corporativa.

Cada empresa e industria, desde el ámbito particular de sus actividades, ha comenzado a identificar los impactos que sus operaciones y productos tienen sobre el medio ambiente; las condiciones de vida que propician para los consumidores y las comunidades donde realizan sus operaciones; y su papel como generadoras de riqueza, empleo y oportunidades extensibles al conjunto de la sociedad.

Las teorías sobre responsabilidad corporativa de las empresas han madurado con el tiempo, luego de un tránsito por enfoques asistencialistas, filantrópicos, retóricos y de cumplimiento impreciso, en muchos casos, de regulaciones gubernamentales permeadas por el cabildeo de grupos con intereses particulares. Hoy, el trabajo de grupos como el GRI (Global Reporting Initiative), con su metodología para la presentación de informes corporativos; los índices del Dow Jones (DJSGI), para clasificar a las empresas por su grado de sostenibilidad; o el World Business Council for Sustainable Development, WBCSD, que debate y desarrolla desde hace varios años temas sobre las actividades responsables de las empresas, han puesto el tema de la divulgación del desempeño social corporativo responsable bajo una perspectiva metodológica más precisa.

De otra parte, el trabajo de científicos, economistas, ingenieros, diseñadores y profesionales ha permitido concretar las teorías sobre la sostenibilidad con propuestas audaces, que se traducen en acciones orientadas hacia respuestas tangibles, a retos serios e incontrovertibles

Una nueva manera de producir
Estados Unidos, Michael Braungart y William McDonough subvirtieron en 2002 el escenario de las teorías sobre la sostenibilidad con un revolucionario concepto publicado en su libro De la cuna a la cuna: rediseñando la forma en que hacemos las cosas. El eje de su teoría podría resumirse en la idea de la "no obsolescencia programada", según la cual todas las cosas que se fabrican deberían diseñarse desde su concepción con la intención de ser eventualmente recicladas, bien sea al suelo, de manera inocua, o como componente de algún otro producto. Los autores sintetizan escuetamente este principio al decir que "los residuos equivalen a alimento. No necesariamente de la clase que comemos, pero sí del tipo que sirve de alimento a alguna cosa útil".

En una entrevista concedida al editor de la página informativa del Departamento de Estado de los Estados Unidos, McDonough respondía a la inquietud sobre la posibilidad de crecer sin contaminar señalando que "las empresas afirman que debemos crecer para mantener el comercio. Pero los ecologistas dicen que tenemos que detener el crecimiento porque está destruyendo al mundo. Eso se debe a que el crecimiento no sigue las leyes de la naturaleza. Pero ¿qué pasaría si el crecimiento fuera algo bueno? ¿Qué pasaría si una fábrica que produce textiles también purificara el agua y produjera oxígeno?... Imaginemos fábricas que no necesiten plantas de tratamiento de aguas residuales porque las reciclan constantemente de una manera limpia. De modo que si seguimos las leyes de la naturaleza estaremos celebrando el buen crecimiento. Esa es nuestra estrategia fundamental".¿Demasiado utópico para países como los nuestros? Podría pensarse que en estos temas nos encontramos todavía en un estadio incipiente, aunque esa no parece ser la idea de sus creadores; "Las ideas para el mundo en desarrollo son las mismas [que en el primer mundo]; involucran tecnologías diferentes para distintas circunstancias… las leyes de la naturaleza se aplican a todos nosotros y necesitamos encontrar las maneras de utilizar esas leyes dentro del contexto local".¿Cuál es nuestro papel?

La industria de los empaques juega en este escenario un papel preponderante, debido principalmente a su presencia en innumerables ámbitos de la vida de los seres humanos. Quizá como pocas industrias, la de empaques se extiende a la mayoría de los sectores y sus productos cubren una gama amplísima de aplicaciones. Pero existe adicionalmente otro componente fundamental: los envases y empaques representan una alta proporción (Casi 50% según estimaciones de expertos) de los residuos sólidos, lo que hace de su manejo un verdadero reto mundial.

Las respuestas surgidas desde la industria misma son contundentes y ofrecen un panorama esperanzador. Los fabricantes de materiales para la producción de empaques participan activamente de los esfuerzos para brindar soluciones eficientes al problema de la disposición de los materiales de empaque. Con el desarrollo de biomateriales y sustratos degradables, la industria ha avanzado notablemente en la mitigación del impacto sobre el medio ambiente. No obstante, la industria viene enfatizando en estrategias como la de reducción de la cantidad de empaques utilizados y de desechos enviados a los vertederos y rellenos sanitarios, la reutilización de los materiales y el reciclaje y la recuperación para hacer frente a las exigencias de la sostenibilidad.

¿Degradar o reciclar?
Resulta alentador que existan distintas alternativas para enfrentar una situación que hace apenas unas décadas apenas si se consideraba. La industria de empaques contempla hoy, simultáneamente, las opciones de producir materiales que acudiendo al uso de resinas y aditivos permitan su degradación en los rellenos y vertederos, y a los esfuerzos del reciclaje, la reutilización de los empaques y la reducción en la cantidad de materiales utilizados.

Desde una perspectiva general, como la de los creadores de la teoría "De la cuna a la cuna", el principio esencial contempla que: "las cosas deberían diseñarse para que regresen al suelo de manera inocua o regresen a la industria. Y no debería hacerse ninguna otra cosa. Por ejemplo, los nutrientes orgánicos deberían elaborarse para que regresen al ciclo orgánico, para ser literalmente consumidos por microorganismos y otras criaturas del suelo. La mayor parte de los envases, que representan alrededor de 50 por ciento del volumen de nuestros residuos sólidos, deberían estar compuestos por nutrientes biológicos, materiales que puedan ser arrojados a la tierra para que se degraden por acción biológica".

Otras aproximaciones muy especializadas difieren, sin embargo, de esta apreciación. Sin negar la importancia que tiene el desarrollo de materiales biodegradables en los esfuerzos de sostenibilidad de la industria y de un manejo eficiente de los residuos, el enfoque de la recolección y la reutilización se funda en razones con un gran peso ambiental y económico.

La revista Conversión contactó a especialistas en áreas del diseño, la innovación, el desarrollo de materiales, y la identificación de estrategias para la industria, quienes participaron con sus ideas en el esclarecimiento de este tema. Jorge Barreda, director de ventas del negocio de plásticos de DOW, para la región norte de América Latina, expresa por ejemplo su posición al señalar que "vivimos en un mundo de recursos limitados, por lo tanto, en general, tiene más sentido la reutilización que la degradación. El concepto de la degradación puede sonar bien al consumidor común pues, erróneamente, hace parecer que le elimina la responsabilidad del descarte correcto. Adicionalmente, está el hecho de que cuando un producto se degrada la sociedad pierde la oportunidad de utilizar los recursos en él contenidos e invertidos. Nuestra posición se basa en que la sociedad debe buscar maneras inteligentes de recolectar y reciclar productos no degradables, manteniendo por tiempo máximo el material a disposición de la sociedad y evitando la explotación de más recursos naturales".

Este planteamiento encuentra eco en el análisis de Anne Johnsson, directora de la Packaging Sustainable Coalition, una organización mundial sin ánimo de lucro dedicada a compartir las mejores prácticas y a diseñar directrices para la industria mundial de empaques, que entiende la importancia del reciclaje y de la reutilización. Johnsson dijo, en entrevista exclusiva para Conversión, que el punto no consiste en dejar que los materiales desaparezcan, sino en encontrar la manera de "optimizar su vida útil en el mayor período de tiempo posible… y eso significa mantener las moléculas de esos materiales en circulación todo el tiempo que sea posible, por medio de la reutilización y el reciclaje".

"Es necesario tomar decisiones inteligentes y esto no es algo fácil", le dijo Tim Rose a Conversión, antes de preguntarse: "¿tenemos realmente conformada una infraestructura para usar los materiales compostables que se derivan de la degradación? En la mayor parte de los países, incluidos los Estados Unidos, aún no existe la infraestructura para tomar ventaja de aquellos". Tim Rose es vicepresidente de Iniciativas Estratégicas de Innovación de Schawk Inc., reconocida consultora global dedicada a asesorar a compañías fabricantes de productos de consumo en el manejo de la marca, desde la concepción hasta el empaque, y a lo largo de todo el ciclo de vida de los productos (www.schawk.com).

"Si se ahorra, por ejemplo, 33% de material con un nuevo diseño de un empaque, pero ello hace que el consumidor genere 10% más desperdicio del producto, todo el esfuerzo realizado ha sido inútil; representa un paso hacia atrás. La educación del consumidor y su comportamiento, no solamente en relación con el uso del producto sino con la disposición final de su empaque, representan todo un nuevo frente de batalla", agregó Tim Rose.

Las soluciones no son automáticas, y no existe tampoco una respuesta única para determinar cuál fin de la vida es más apropiado para un empaque. "Cada caso tiene que ser estudiado utilizando el método del análisis de ciclo de vida. Pueden existir casos en los que la degradación sea preferible al reciclaje. Eso pasa -en líneas generales- cuando la cantidad de recursos naturales necesarios para reusar el producto supera los recursos necesarios para hacer otro nuevo", señala Barreda resumiendo la posición de Dow Chemical sobre el tema.

¿Qué estamos haciendo?
Uno de los escollos que plantea el enfoque de la reutilización tiene que ver con la necesidad de una actitud comprometida de todos los actores de la cadena de suministro de los empaques. De los diseñadores, los fabricantes de las materias primas, los convertidores, los propietarios de las marcas, los consumidores, de todos, se exige una participación activa y consciente sobre su incidencia en la vida útil de los empaques. "La sociedad debe buscar maneras inteligentes de recolectar y reciclar productos no degradables, manteniendo por un tiempo máximo el material a disposición de la sociedad y evitando la explotación de más recursos naturales", dice Jorge Barreda al referirse a este compromiso. Y las iniciativas emprendidas por diversas organizaciones y empresas parecen ofrecer alternativas viables y efectivas en este sentido.

En Estados Unidos, la Packaging Sustainable Coalition presentó recientemente al mercado una versión actualizada de COMPASS, herramienta de diseño basada en Internet para la evaluación comparativa de un empaque, que les permite a los diseñadores e ingenieros comparar el impacto, tanto en el medio ambiente como en los seres humanos, de su diseño. Al seleccionar el material de un empaque, los diseñadores deben considerar el impacto ambiental de este a lo largo del ciclo de vida completo de su empaque –desde la manufactura hasta el final. COMPASS provee la información para este enfoque, y les ayuda a los profesionales a comprender todas las implicaciones de sus decisiones de diseño. En septiembre pasado, COMPASS fue lanzada en versión Beta para los miembros de la coalición. Y estará disponible al público, por una modesta suma, desde comienzos de 2009. Para obtener más información sobre cómo obtenerla, vaya a: http://www.design-compass.org/

Adicionalmente, la coalición trabaja activamente en la formulación de directrices de diseño para orientar a los profesionales que desarrollan empaques hacia objetivos como el diseño con fines reciclables, el uso mínimo de materiales, la reutilización, o la degradación y el compostaje. Fundada en 2003, esta coalición hoy cuenta ya con más de 180 compañías-miembro. Es reconocida mundialmente como una fuente muy confiable y rica en recursos e información sobre empaque sostenible. La actividad de este organismo se extiende igualmente a la definición de planes y estrategias de manejo de los empaques. "En nuestra más reciente reunión vimos la necesidad de investigar y movernos hacia la implementación de planes relacionados con el fin de la vida de los empaques… y veo que existen varias posibilidades diferentes", dice Anne Johnsson, directora de la coalición.

Desde el lado de los fabricantes de materias primas e insumos, el compromiso se orienta a soluciones directamente relacionadas con los empaques y sus procesos de manufactura. Dow Chemical, por ejemplo, fundamenta su trabajo en el principio de las 3 erres (Reducir, Reutilizar y las materias primas Renovables). El uso de resinas desarrolladas por este fabricante incide significativamente en la reducción del peso de los empaques, con un impacto consecuente sobre el consumo de energía durante su procesamiento. La reutilización, de otra parte, está respaldada por soluciones que permiten compatibilizar el material del reciclaje y mejorar la calidad de los productos reciclados. "Uno de los grandes impedimentos para el reciclaje de películas flexibles es la dificultad para identificar los diferentes materiales…por lo tanto desarrollamos soluciones que compatibilizan distintos materiales antes imposibles de reciclar", nos cuenta Jorge Barreda. La compañía ha desarrollado igualmente modificadores de impacto que logran devolver al reciclado las propiedades de un material virgen. En cuanto a los materiales renovables, la empresa trabaja en el desarrollo de novedosas soluciones ambientales. "Entendemos que el empaque del futuro será hecho con materias primas renovables. En este sentido Dow lanzará en 2011 el polietileno hecho a partir de la caña de azúcar… que será químicamente idéntico al tradicional, permitiendo mantener sus características de reducción y reciclaje".

En el campo del diseño y la concepción de los empaques, las iniciativas comprenden desde las etapas iniciales hasta la creación de pautas culturales para todos los participantes en el ciclo de vida de los empaques. Tim Rose señala que para su firma de diseño "nuestra primera meta es extender una cultura de innovación… facilitando los esfuerzos de sostenibilidad emprendidos por nuestros clientes". En los procesos de diseño y concepción "es necesario tener siempre en mente el fin de la vida del empaque". Las proyecciones de este especialista de renombre en el campo del diseño de empaques y manejo de las marcas son esperanzadoras: "nuestros clientes realmente están buscando maneras de mejorar sus procesos, ya sea en el empaque mismo, o en la manera como se transporta… su enfoque es ahora mucho más completo, y trasciende más allá del empaque mismo".

Buenas razones económicas
Además de los factores ambientales, la atención generalizada que existe hoy con respecto al ciclo de vida de los empaques comprende también el campo de las oportunidades económicas. Desde las diferentes perspectivas consultadas, es clara la incidencia de los factores de costos como motivadores de las iniciativas emprendidas en todos los ámbitos. Como lo asegura Anne Johnsson, el concepto de sostenibilidad ha evolucionado, "en un comienzo con su centro en los temas sociales, pero moviéndose luego a los ambientales, y más adelante a la esfera económica".

Unidas a los beneficios de los costos "las grandes compañías buscan siempre reducir el peso y el consumo de materiales, usar materiales reciclados, y lo hacen, además de las razones ambientales, por los factores de costos, que tienen un impacto directo sobre sus utilidades. Muchos ponen sus múltiples esfuerzos bajo la sombrilla de la ´sostenibilidad´; esfuerzos que al final del día obedecen fundamentalmente a motivos del negocio", asegura por su parte Tim Rose. Su firma es especialista en crear soluciones para reducir la huella medioambiental de las operaciones de empaque de sus clientes (entre ellos grandes compañías multinacionales que figuran en el ranking Fortune 100), basándose en sus objetivos, tanto de marketing como de negocios.

De cualquier manera, el manejo sostenible de los empaques es hoy un imperativo que nadie pude soslayar y que, por el contrario, debería adoptarse como una fuente de oportunidades y de diferenciación. Y frente a este propósito la opinión general es concluyente: para que tenga éxito resulta fundamental el compromiso de todos los actores de la cadena de suministro. La tarea no es sencilla y requiere de acciones conjuntas y complejas. El enfoque sostenible "ofrece muchas oportunidades, pero pienso que éstas sólo pueden materializarse cuando pongamos a todos en la cadena de suministro en el mismo escenario. Todos tenemos que trabajar por la misma meta", asegura Anne Johnsson, directora de la Packaging Sustainable Coalition,

El concepto de sostenibilidad ha abierto una estrategia completamente nueva para los propietarios de las marcas y los convertidores de empaques; "hoy todos debemos preguntarnos por la mejor manera de responder a la sostenibilidad para enviarles un mensaje a nuestros clientes, y parece que algunas personas han encontrado maneras muy creativas de hacerlo", asegura Tim Rose.

Las exigencias para ayudar a construir un escenario de sostenibilidad cobran pues una importancia cada vez mayor y el papel de los convertidores no da lugar a una postergación de las decisiones; así lo expresa claramente Jorge Barreda cuando nos dice que "vivimos en un mundo de recursos limitados, y creemos que reducir, reutilizar y reciclar no es una opción sino una obligación de nuestra sociedad para con las generaciones futuras. Cada convertidor puede escoger tomar esa realidad como oportunidad o como obstáculo, pero creemos que aquellos con postura innovadora pueden traer soluciones creativas y ganar nuevos negocios, pues la sociedad está lista para adoptar alternativas más sostenibles".

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