¿Por qué sigue fracasando el diseño de envases para el reciclaje?

**B2BFOTO** Diseñar para el reciclaje ha sido una estrategia fundamental de los esfuerzos para la conservación del medio ambiente, pero cuando se habla con los coordinadores de reciclado, los operadores de instalaciones de recuperación de materiales o con los recicladores, una de sus quejas más sistemáticas es que una gran cantidad de los envases que ingresan en su sistema no están diseñados para ser reciclados.

A lo largo de los años se han desarrollado y se encuentran disponibles muchos métodos y estudios, lo mismo detalladas iniciativas de orientación, para ayudarles a los diseñadores e ingenieros de envases y empaques a entender cuáles materiales deben seleccionar, cómo reunirlos y la manera de desarrollar empaques que funcional y económicamente puedan ser recogidos y reciclados. No hay excusa para ignorar esto.

¿Por qué seguimos viendo entonces envases que desafían los requerimientos que deben incluirse en el diseño para ser reciclables? Una palabra poderosa integra todos estos "problemas" de reciclaje: innovación. Bien sea en el área de mercado, en el diseño de nuevos productos o en el uso de nuevos materiales, la industria aprecia enormemente los beneficios de la innovación.

Algunas empresas hacen un excelente trabajo diseñando para los actuales sistemas de reciclaje y prestan mucha atención al aseguramiento de que sus materiales sean compatibles con los sistemas de recolección. Estas empresas merecen ser aplaudidas, reconocidas y recompensadas.

Sin embargo, los sistemas de reciclado tienden a cambiar con mucha más lentitud que los empaques. Diseñar para los sistemas de reciclaje que existen en estos momentos en Estados Unidos es diseñar para la obsolescencia. Los empaques del futuro pueden verse ya en las estanterías de Europa, Suramérica y Asia e incluyen materiales y formatos de envases que ni se recolectan ni reciclan en la infraestructura que existe hoy en Norteamérica.

La producción de estas películas y polímeros es muy eficiente en el uso de los recursos; son livianas  y cuando se combinan con sus características de alto desempeño se convierten en materiales económicos para la producción de empaques y envases. También vemos una tendencia a avanzar hacia su sustitución por materias primas de base biológica, por estos materiales poliméricos tradicionales.

Sin embargo, la disposición al final de su ciclo de vida sigue sin resolverse —son persistentes en el medio ambiente si no se manejan bien y no cuenta con buenas opciones de recuperación en gran parte del mundo. Así que nos enfrentamos a un dilema: empaques eficientes en el uso de los recursos que, desde una perspectiva de análisis del ciclo de vida, parecen contar con un buen diseño para el medio ambiente, pero que ante las comunidades que tienen que asumir el costo y las consecuencias de la gestión de la creciente cantidad de estos materiales complejos —que confunden sus sistemas de recuperación o que no cuentan con tales sistemas— dejan en evidencia que en la evaluación de su ciclo de vida no se consideraron ni se incorporaron sus prioridades.

Aquí es donde la metodología basada en la ciencia, que se ha utilizado para demostrar la eficacia de los empaques desde el punto de vista ambiental, entra en conflicto con las prioridades de los gobiernos locales y de intereses que se extienden más allá del ámbito del medio ambiente.

La pregunta que los gobiernos locales se hacen con mayor frecuencia es: ¿de dónde proviene el respaldo a la innovación para la infraestructura de recolección y reciclaje? Los fabricantes de commodities con una infraestructura bien desarrollada no quieren cargar con el peso de desarrollar una infraestructura para nuevos materiales.

En Estados Unidos, a los gobiernos locales los hacen en gran medida responsables financieramente, pero estos buscan cada vez más soluciones en las políticas, especialmente ante una tendencia actual hacia tener gobiernos más pequeños. Valoramos altamente la innovación, por un lado, pero no pagamos por sus consecuencias por el otro.

Esta es la razón por la cual el diseño para el reciclaje falla y seguirá haciéndolo hasta que la innovación en empaques y materiales se encuentre de alguna manera más directamente vinculada a la necesidad de una infraestructura de recuperación de recursos que corresponda a la innovación, no sólo de envase y embalaje, sino también de otros materiales y productos que ingresan en los flujos de residuos municipales, como los de la electrónica, los productos farmacéuticos y los químicos para el hogar.

Si estamos convencidos de que recuperar materiales valiosos es central para lograr sistemas más sostenibles de gestión de materiales. El diseño para el reciclaje debe seguir siendo una importante estrategia de cuidado del medio ambiente, para lograr resultados reales y significativos. Sólo tenemos que ser realistas en nuestras expectativas de lo influyente que puede ser en la conformación de sistemas de empaque verdaderamente sostenibles.