“La tecnología no tiene banderas”: Max Schrappe, presidente de Conlatingraf

Schrappe no se cansa de ondear la que parece ser su más importante bandera: La necesidad de trabajar por la profesionalización de las artes gráficas. Como bien afirmó: La verdadera integración latinoamericana hoy debe darse a través de la capacitación tecnológica y la formación académica de profesionales porque "la tecnología no tiene banderas, no tiene gobiernos".

Conversión: ¿Qué tema debe dominar la atención y las agendas de los industriales de las artes gráficas en América Latina hoy?
Schrappe: La industria de las artes gráficas está conformada por un grupo reducido de grandes empresas y por un inmenso número de compañías medianas y pequeñas. Lo que yo sustento es que en un mundo cada vez más globalizado los pequeños y medianos tienen el imperativo de unirse. La solución para sobrevivir es la unión, y no solamente hablo aquí de la unión entre microempresas, sino entre compañías medianas y grandes. Y me refiero a unión entre empresas del mismo país o región a la que pertenecen, ellas no necesariamente deben buscar unirse con las multinacionales.

¿Cómo puede trabajar CONLATINGRAF para fomentar esta unión?
Creando conciencia entre los industriales para que entiendan que si no se unen no sobrevivirán a la globalización, pues la industria de artes gráficas latinoamericana es muy pequeña comparada con la de Estados Unidos, Canadá, o Europa, que se están volviendo cada vez más fuertes. Yo pienso que en CONLATINGRAF existe esta conciencia sobre la necesidad de unirse para garantizar la supervivencia.

Creo que debemos propender porque el industrial se sienta orgulloso y honrado de ser profesional gráfico, debe comprender que su producto es uno importante. Debe pensar que si paráramos a las empresas gráficas, el mundo entero se pararía con ellas. No tendríamos periódicos, libros, documentos, billetes. Es cierto que existen otras industrias cuyo producto tiene un mayor valor en términos económicos que el producto gráfico, nuestro producto no es uno de grandes movimientos económicos, pero sí de grandes movimientos culturales y educativos. Si no se imprime no hay libros, y sin libros no hay escuelas.

Entonces, es muy importante crear conciencia entre los industriales para que fijen precios a sus productos que les representen verdadero lucro, ganancia, porque cada vez la tecnología es más rápida y, por tanto, más costosa. Y si no se tiene dinero para pagar no se progresa, se sale rápidamente del mercado, o los industriales se quedan rezagados, con equipos y maquinaria obsoletos que no permiten ganar.

¿Cómo se siente como presidente de CONLATINGRAF? ¿Cuáles son sus retos principales?
En primer lugar siento un orgullo muy grande de ser presidente de CONLATINGRAF. Pero, naturalmente, estoy consciente de los grandes compromisos que ello implica. Tenemos que trabajar mucho para seguir en nuestro esfuerzo de integración: Estados Unidos tiene a la "Printing Industries of America", PIA, los europeos también se han integrado, mientras que los países asiáticos aún están disipados. Por su parte CONLATINGRAF ya tiene más de 35 años.

Una de las más importantes prioridades que tengo en el marco de CONLATINGRAF es la profesionalización de las artes gráficas, es decir que exista un número considerable de profesionales trabajando para esta industria tiempo real, que verdaderamente nos permitan encontrar soluciones, pues los empresarios no tienen mucho tiempo, y ello no nos permite competir en el ambiente de negocios de hoy. Actualmente, en la industria de las artes gráficas, muchas veces negociamos con aprendices.

Para lograr este objetivo contamos con el CIFAG, Círculo Iberoamericano de Formación en Artes Gráficas, el brazo académico de CONLATINGRAF, cuyo objetivo fundamental es promover la capacitación de trabajadores del sector y ayudar en la formación de docentes de artes gráficas que, en Brasil, trabaja conjuntamente con el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial, SENAI, y con la Academia Gráfica "Heidelberg", la única en América Latina.

En Sao Paulo, Brasil, hoy contamos con un curso superior en "Tecnología Gráfica" que en casi todo el mundo se llama "Ingeniería Gráfica", pero en Brasil los estudiantes obtienen el título de tecnólogos, más no de ingenieros. Precisamente porque creemos que ellos deben salir a trabajar al lado de las máquinas, y no detrás de un escritorio, porque existe la necesidad en la industria de contar con personas preparadas para la práctica. Considero que CIFAG es muy importante, y que alrededor de él se está dando hoy la gran unión de América Latina, porque la tecnología todos la necesitan, la tecnología no tiene banderas, no tiene gobiernos.