Estudiante mexicana crea biomaterial a base de desechos de naranja

Giselle Mendoza Rocha, estudiante de Economí­a en el Tecnológico de Monterrey, creó un biomaterial a base de cáscara y bagazo de naranja que tiene un futuro prometedor en aplicaciones de la industrias del envase y embalaje, textil y de dispositivos médicos.

La idea surgió por la necesidad de encontrar un biomaterial que sustituyera el plástico convencional, de modo que, con el apoyo de investigadores en biotecnologí­a, logró obtener en principio un material que sirve de materia prima para la producción de vasos desechables.

México es el quinto productor mundial de naranja en el mundo; sin embargo, de acuerdo con Mendoza, la industria sólo aprovecha entre el 45% y el 60% de la fruta, desechando el porcentaje restante y generando desperdicios que, si no son bien tratados, al acumularse generan gases que causan problemas de salud como las enfermedades respiratorias.

Estamos preparándonos para replicar este prototipo de laboratorio a nivel industrial con una planta piloto y, posteriormente, hacer un convenio con un primer cliente que requiera una producción grande. Pensamos que arrancaremos en 2018 con el desarrollo del proyecto a nivel industrial, por medio de alianzas con empresarios del plástico, dijo Mendoza a la revista Tec Review, publicación del Tecnológico de Monterrey.

El biopolí­mero obtenido por la estudiante tiene como caracterí­stica ser flexible y transparente, lo que lo hace ideal para productos de envase y embalaje; no obstante, también podrí­a producirse en forma de resina protectora de material bibliográfico y tiene un gran potencial para aplicaciones biomédicas.

Puede servir para el tratamiento de heridas y quemaduras, con lo cual se estarí­a también revolucionando esa industria en que sólo se usan materiales sintéticos que causan molestia en los pacientes heridos, explicó la estudiante.

Giselle Mendoza, a sus 20 años, fue recientemente galardonada con el Premio Mujer Tec 2017 en la categorí­a de Emprendimiento y con su proyecto tiene el objetivo de apoyar a personas de escasos recursos para el aprovechamiento de la naranja.