Cómo seleccionar y cuidar sus rodillos anilox

 

 

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Factores como la dureza, la porosidad y la rugosidad son esenciales al momento de escoger un anilox.


Los empaques impresos han llegado a un nivel de calidad que implica altas exigencias para los fabricantes. En ese proceso, el rodillo -o cilindro- anilox cumple un trabajo esencial en la transferencia de una película de tinta exacta y de un grosor determinado que entregará un producto adecuado a los requerimientos del cliente y finalmente del consumidor. “La contribución del anilox al proceso de impresión y a su calidad es gigantesco, y por eso se le sigue llamando el corazón de la impresora flexográfica”, explica Juan Bermúdez, vicepresidente de Ventas para Latinoamérica en Harper Corporation of America. 

Pero para lograr un producto de calidad hay que tener varias cosas en cuenta, lo primero es escoger correctamente el rodillo anilox que se usará: aunque aún se ven en la industria rodillos grabados mecánicamente con recubrimiento de cromo lo cierto es que la mayoría de compañías usan rodillos de superficie cerámica grabados vía láser, que son los más recomendados. De acuerdo con Bermúdez, quien cuenta con más de 25 años de experiencia relacionada a los rodillos anilox,  desde los años noventa los rodillos cerámicos han venido tomando casi que por completo el mercado, debido a la precisión y consistencia que entregan en la impresión; sin embargo, aún hay mercados donde los rodillos con recubrimiento de cromo pueden funcionar y ser una opción viable para las compañías.

“Si usted va, por ejemplo, a la industria del cartón corrugado, todavía ve en algunas fábricas impresoras de dos a tres colores donde utilizan rodillos grabados de cromo. Esos rodillos los utilizan para impresiones básicas como sólidos o códigos de barra o textos anchos. Nada en alta definición y generalmente ese tipo de impresión no va al punto de venta, sino que va a identificar la caja en donde se va a proteger un producto”, destaca Bermúdez.


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Pero en la industria general, los rodillos cerámicos son la regla y al escogerlos se deben tener en cuenta, según Bermúdez, tres factores que, en ocasiones no suelen ser identificados o peor aún, se tienen en cuenta de manera errónea.

En el caso de la dureza, explica el experto,  existe la idea errada de que mientras más dureza tenga un rodillo, mayor será su durabilidad. Lo cierto es que no existe una correlación directa entre ambos factores. “La gente piensa que mientras más dura sea la cerámica, más va a durar y es todo lo contrario, entre más dura, más frágil es. En los test que hacemos en Harper Corporation of America hemos visto que llega un momento en el que las tensiones son tales que empiezan a generarse microfracturas dentro del mismo grabado debido a la dureza del cilindro anilox. Durezas entre 1.200 a 1.300 vickers es un rango apropiado de dureza para mantener consistencia en el grabado y mantener durabilidad en el mismo cilindro. Durezas cercanas a los 1.400 generan problemas de microfracturas en las paredes de las celdas lo que contribuye al deterioro del cilindro anilox y además impide hasta cierto punto la reproducibilidad geométrica y dimensional de esas celdas”,  destaca Bermúdez.

Durezas entre 1.200 a 1.300 vickers es un rango apropiado de dureza para los rodillos.

El segundo tema es el de la porosidad. Si bien la cerámica es per se porosa, para lograr impresiones de muy alta calidad, la lineatura de los fotopolímeros son muy altas, por lo tanto, la lineatura del anilox debe ser también muy alta para darle un soporte adecuado a ese fotopolímero, sobre todo en los puntos de altas luces que son los más pequeños. En esos puntos, por ejemplo, se ven celdas de 18 a 20 micrones y tiene que tener la misma dimensionalidad a través del cilindro.

“Por ejemplo, cuando uno imprime un rodillo de 900 celdas por pulgada lineal, la abertura de esa celda tiene que ser de 25 micrones. Entonces imagínese que la porosidad de la cerámica sea del 2 %. La abertura de ese poro está entre 32 a 36 micras. Eso quiere decir que si yo quiero grabar un rodillo de 900, la abertura del tamaño de la celda va a ser menor al tamaño del poro de la superficie donde yo estoy grabando esa celda, por lo que genera inconsistencias gigantescas en términos de transferencia de tinta porque voy a tener una cantidad de poros que se convierten en celdas, más las celdas que estoy grabando y eso cambia toda la dinámica en términos de cuánta tinta estoy realmente transfiriendo y el grosor de la película de tinta y su consistencia.

“Todo el mundo dice acá podemos grabar hasta 2.000 celdas por pulgada, la pregunta es ¿cuál es la porosidad de la cerámica para hacerlo viable?”, agrega el experto.

Finalmente, Bermúdez asegura que hay un factor que normalmente no se nombra ni se tiene mucho en cuenta en la industria y que, sin embargo, es muy importante al momento de trabajar con rodillos anilox y es el de la rugosidad de la cerámica. “Este es un tema que yo no lo escucho en ningún sitio. Estas son herramientas de transferencia de tinta y no de almacenamiento de tinta. Entonces entre menos rugosa sea la cerámica después del grabado, más posibilidad tiene la tienta de salir de esa celda, lo que implica menor taponamiento. En nuestro caso, la rugosidad es utilizada para garantizar la consistencia tanto geométrica como dimensional de estas celdas y obviamente el enfoque también está en la eficiencia de transferencia de tinta”, finaliza Bermúdez.

¿Cómo cuidar sus rodillos anilox?

En el caso del cuidado, el experto destaca que hay también tres temas que se deben tener en cuenta: el desgaste, la limpieza y el manejo correcto por parte de los operarios para evitar afectaciones.  En el primer factor hay que tener en cuenta que los rodillos anilox como cualquier otro componente se desgastan y al hacerlo sus características y especificaciones van cambiando, sobre todo su volumen. Aunque la lineatura nunca va a cambiar, el volumen sí, lo que termina generando que el rodillo transfiera menos tinta y el impresor no logre el mismo color que antes y deba empezar a hacer ajustes a través de la tinta cambiando la viscosidad o usando tintas de más fuerza de color.

“Eso cambia toda la ecuación, ya que ese tipo de ajustes no deberían hacerse con frecuencia. Es más recomendable cambiar el anilox a estar haciendo ajustes que generalmente no son documentados adecuadamente y no son reproducibles, al final la prueba y error tiene un costo gigantesco”, señala Bermúdez, quien añade que para evitar dicho desgaste se debe considerar una limpieza adecuada, y allí el factor tiempo es esencial.

Según el experto, ha conocido casos en la industria de compañías que limpian sus rodillos diariamente y luego semanalmente de forma profunda, algo que, bajo su experiencia, no es lo adecuado. Lo correcto es limpiar en el momento y en todo caso antes de que la tinta se seque, porque de hacerlo se tendrá que recurrir a sistemas de limpieza altamente alcalinos o ácidos que pueden causar un daño permanente en la superficie y eventualmente acabar con el cilindro. 

“Mi consejo para cualquier impresor flexográfico es que evite a toda costa que la tinta se seque o perderá la capacidad de recuperar a un 100 % la capacidad volumétrica”, añade Bermúdez.

Se deben tener procesos y protocolos para evitar que la tinta se seque en la superficie; el objetivo principal es limpiar cuando la tinta aún está húmeda. Si no lo limpia de inmediato o no lo limpia bien, entonces van a quedar residuos de tinta dentro de las celdas que le van a cambiar la capacidad volumétrica, lo que causará que los resultados de ese rodillo ya no sean los mismos en términos de la película de tinta que transfiere al fotopolímero y eso va, a la larga, va a generar un cambio en el color que el cliente quiere obtener”, señala Bermúdez.

Finalmente, el experto destaca que el mantenimiento y manipulación adecuada del cilindro es esencial para evitar daños por golpes o mala manipulación. Si bien, destaca Bermúdez, la superficie cerámica es supremamente resistente al roce, es muy poco resistente al golpe y una vez un rodillo se golpea en cualquier sitio no hay forma de recuperarlo. Solo se puede volver a grabar. “Hay muchas variables que el personal debe conocer: cualquier problema de funcionamiento que tengan los sistemas dosificadores de tinta serán pagados por el rodillo anilox. Si la rasqueta no es apropiada, si el material de la rasqueta no es óptimo, si la cámara cerrada no está calibrada adecuadamente, si el bombeo de la tinta no es adecuado… Todo eso termina afectando al cilindro anilox de una forma u otra y perjudicando a la inversión del cliente”, finaliza el experto.

Para él, si se tienen en cuenta estos sencillos factores, el rodillo anilox será la herramienta que le ayudará a su negocio flexográfico a ser eficiente, rentable y productivo.

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