Alternativas ambientales en materiales de empaque

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Los propietarios de marcas preocupados por la sostenibilidad de sus productos de empaque, se muestran cada vez menos cómodos con los empaques de polímeros petroquímicos. Aunque reconocen todas las ventajas que estos ofrecen en la protección de sus productos, también enfrentan la presión de cumplir con iniciativas del mercado y cosechar las recompensas asociadas con una administración ambientalmente amigable.

Un área alternativa de interés es el uso de bioplásticos como reemplazo de los polímeros basados en el petróleo. Pero, ¿en qué consiste exactamente un bioplástico? y ¿cómo los bioplásticos son comparables con los polímeros sintéticos en las aplicaciones reales de empaque? Steven Mojo, director ejecutivo del Instituto de Productos Biodegradables (http://www.bpiworld.org/) en Nueva York tiene interesantes puntos de vista sobre el rápido crecimiento de estos productos y algunos de los aspectos en torno al uso de estos materiales.

Interpack: ¿Cuando se usan los términos “biopolímero” o “bioplástico” ¿se está hablando de un material plástico que tiene una base biológica, es decir, que es producido a partir de recursos renovables?
Mojo: Algunas personas dirán que un biopolímero es un plástico con contenido renovable, y otros que es un material biodegradable; mientras que otros más dirán que es un poco de cada uno. Muchos productos en el mercado actual son combinaciones de materiales basados en el petróleo y otros renovables. “Biopolímero” es uno de esos términos que ingresan a un léxico especializado sin tener una clara definición.

Creo que los japoneses anunciaron que se requiere un 25% en peso de material renovable para que muchos de esos materiales sean considerados biopolímeros. Pero, en Estados Unidos desconozco la definición exacta del término biopolímero.

Algunos anuncios recientes en Estados Unidos y Brasil sobre la posibilidad de que algunas compañías puedan obtener polietileno tradicional a partir de recursos naturales como la caña de azúcar y el etanol son interesantes desarrollos en el área de los biopolímeros. Ahora es posible obtener una película de plástico tradicional basada exclusivamente en recursos naturales.

En mi opinión, no es necesario que los biopolímeros sean materiales biodegradables, ni tampoco requieren estar constituidos 100% por materiales renovables. De manera que es posible tener una mezcla de materiales sintéticos y renovables que no sea biodegradable, o un polietileno que sea completamente renovable, y que no sea sin embargo biodegradable.

Esto es lo que hace que ésta tecnología sea tan fascinante, ahora es posible observar ciertas combinaciones de fibra y materiales renovables como los recubrimientos PLA (acido poliláctico) en vasos de papel, y se obtiene de esta forma una taza completamente biodegradable donde los biopolímeros proporcionan un valor agregado.

El campo de los biopolímeros aún sigue cosechando logros, y el término está evolucionando en la misma medida en que la tecnología avanza. Francamente, es urgente que los procesadores sean muy claros sobre los requerimientos en términos de contenido de materia renovable y biodegradabilidad o capacidad de compostaje.

¿Es posible clasificar los diferentes tipos de resinas biopoliméricas que se encuentran actualmente en el mercado?
Pienso que lo que debe observarse es el desempeño de estos materiales en relación con las aplicaciones para las cuales están siendo usadas. Por ejemplo, las resinas de PLA tienden a producir un material muy rígido y transparente. El PLA comparte una gran cantidad de características con el poliestireno y el polietileno-tereftalato. Por otra parte, un material biodegradable que es obtenido a partir del petróleo puede ser también muy claro, pero es un material muy blando y adecuado para la fabricación de películas y bolsas.

Otro tipo de resina es el PHA (polihidroxialcanoato) (Las resinas de PHA son conocidas como poliésteres alifáticos, o una familia de polímeros que son sintetizados biológicamente por medio de la luz solar y la transformación del dióxido de carbono presente en la atmósfera usando microorganismos). Un ejemplo de un PHA es una nueva resina basada en maíz y azúcar muy parecida al polipropileno al menos en cuanto a sus propiedades y potenciales aplicaciones.

A partir de lo que he visto, “basado en almidón” puede hacer referencia a cualquier material que contenga almidón. Típicamente estos materiales son turbios y traslúcidos, no transparentes. Sin embargo también he oído algunas personas referirse a los PLA como materiales basados en el almidón. Por lo tanto, sólo clasifico las materias primas como renovables o derivadas del petróleo.

Lo importante cuando se discuten las diferencias entre varios biopolímeros es comprender sus propiedades y sus aplicaciones. Es similar a las diferencias entre PE, PET, PP y PVC. Hay muchas, muy diferentes tipos de resinas, y cada una tiene beneficios en cierto tipo de aplicaciones. En este punto se encuentra realmente el reto de mercado para los convertidores: Comprender cuál de estas nuevas resinas se desempeñará de la forma que ellos quieran para poder ofrecerle valor agregado a sus clientes. 

¿Es cierto que el uso de bioplásticos en los empaques puede no ser una solución más sostenible que usar las resinas tradicionales derivadas del petróleo?
Usted necesita observar los ciclos de vida de estos materiales bioplásticos. Considerar su fabricación, así como su uso, y luego su eliminación final. Y luego debe comparar con los materiales de referencia para ver qué tan completos son los ciclos de vida. Como lo han demostrado varias compañías, en la medida en que los procesos para obtener estos materiales bioplásticos sean mejor comprendidos y definidos, los beneficios en términos de ciclo de vida comenzarán a aumentar.

Las primeras quejas sobre la excesiva cantidad de energía que se requiere para producir los bioplásticos en comparación con los tradicionales pueden haber sido ciertas. Pero, se están comparando diferentes niveles de manufactura en términos de experiencia, conocimiento y cantidad. De manera que se está haciendo un paralelo entre un negocio que acaba de iniciar con otro que ha madurado durante décadas y se está diciendo que estos nuevos materiales no son tan eficientes como los tradicionales. Y sí, es razonable, no son tan eficientes, pero esto no significa que no puedan llegar a serlo algún día.

¿Se pueden usar indistintamente los términos “biodegradable” y “apto para compostaje”?
No, porque uno describe un proceso, mientras que el otro describe dónde y cuándo el proceso tomará lugar. Cuando usted dice que algo es “biodegradable” significa que bajo las condiciones correctas, los microorganismos en el ambiente pueden descomponer el material totalmente y usarlo como fuente de alimento. La biodegradación es un proceso que puede tener lugar en diferentes ambientes como los suelos, las tierras de compostaje, plantas de tratamiento de aguas, ambientes marinos e incluso el cuerpo humano. Este es el proceso que convierte el carbono orgánico en energía y mantiene la vida. No todos los materiales son biodegradables bajo todas las condiciones. Algunos son susceptibles a los microorganismos encontrados en las aguas residuales de las plantas de tratamiento, mientras que otros necesitan las condiciones y los microbios encontrados en una pila de compostaje o en el suelo.

Cuando se dice que un material es “apto para el compostaje” se habla del lugar donde ocurrirá el proceso y en qué periodo de tiempo. Cuando un producto está diseñado para el compostaje, debe cumplir con las especificaciones en las normas D6400 (para Plásticos en compostaje) o D6868 (para Empaques en Compostaje) de la ASTM [www.astm.org]. Los productos que cumplen los requerimientos de estas dos especificaciones se desintegrarán rápidamente en una planta de compostaje dirigida profesionalmente, se biodegradarán bajo las condiciones apropiadas, no reducirán el valor o la utilidad del abono final a causa de la presencia de fragmentos de plástico y producirán humus que contribuye a la vida de la planta. 

¿Qué tendencias futuras pronostica para los biopolímeros?
Yo creo que se verá que las propiedades van a seguir mejorando. Pienso que los convertidores aprenderán cómo procesarlos mejor, y como resultado, el diferencial de precio de la aplicación final continuará reduciéndose. También pienso que seremos testigos de una progresiva comprensión de los beneficios del ciclo de vida de estos materiales. Y creo que se continuará viendo un creciente esfuerzo por aprovechar los desechos de la industria de alimentos – si las personas comprenden que los desechos de comida, tanto los previos como los posteriores al consumo, son una fuente de recursos que pueden recuperarse y utilizarse como materia prima para un proceso que les dará un nuevo producto de utilidad. En estos momentos estamos desperdiciando estos recursos, y los desechos de alimentos son la corriente de residuos no recuperada más grande que tenemos. Cuando se envían a los rellenos sanitarios, se contribuye a la producción de metano que es liberado a la atmósfera como gas de efecto invernadero. Según la EPA, los rellenos sanitarios son el generador número uno del metano producido por el hombre.

Con certeza, en los últimos dos años y medio, la sostenibilidad en una gran variedad de formatos ha crecido en interés, desde las bombillas de luz y los gases de invernadero hasta la reducción en el consumo de gasolina porque los precios son más altos. El tema está cada vez más a la vanguardia; será cuestión de cómo participa en el mercado y cómo se traslada el asunto a la disposición de los consumidores de pagar un poco más por opciones más amigables con el medio ambiente. Algunos consumidores están dispuestos a pagar un recargo significativo ahora, en tanto que otros no. Pienso que con el tiempo el recargo llegará a ser más aceptable y más pequeño, y la penetración en el mercado aumentará.

Steven Mojo es el director ejecutivo del Instituto de Productos Biodegradables, en Nueva York, una asociación que promueve el uso y la recuperación de materiales biodegradables a través del compostaje. Con el respaldo de un laboratorio certificado externo, BPI certifica los productos que cumplen los requerimientos de las normas ASTM D6400 o D6868, y los identifica con el logo BPI “Compostable” en Estados Unidos.
(C) Interpack 2008 - Oficina de Prensa.

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