Cuando hablamos de reciclaje "tradicional", la conversación normalmente se centra en los materiales post-consumo, como los envases de cartón, botellas de plástico y latas de aluminio. Si bien estos productos evidentemente son una enorme porción de la corriente de desechos que terminan en los vertederos de los Estados Unidos, algunas de las partes más importantes del problema pasan desapercibidas por el consumidor. Desde fabricantes hasta empresas de tecnología generan corrientes de residuos industriales y comerciales que reciben poco reconocimiento por el hecho de que están más o menos ocultas de la mirada pública. ¿Por qué utilizar los recursos corporativos para incrementar los esfuerzos de reciclaje de estos materiales, si por lo general pasan desapercibidos?
Algunas empresas están demostrando que no sólo resulta fácil reciclar estos residuos, sino que también trae consigo numerosos puntos positivos. Tome una firma como Kimberly-Clark Professional (KCP) que se especializa en equipos de laboratorio y seguridad de sala limpia. Encontraron una manera sencilla y eficaz de resolver su propia generación de residuos a través de su programa de reciclaje, RightCycle. Desde la creación de la iniciativa en 2011, KCP ha recogido y reciclado más de 125.000 libras de prendas desechables de un solo uso, y 29.000 libras de guantes. Es un proceso sencillo: los clientes que participan recogen sus prendas y guantes desechables en cajas RightCycle, apilan las cajas en palés, y luego estas son recogidas por TerraCycle en una actividad en la que se ordenan los materiales, y se envían para su reciclaje.
Kimberly-Clark Professional ha adoptado el compromiso de desviar todos sus residuos de fabricación de los vertederos para el año 2015. Los esfuerzos para alcanzar este objetivo de sostenibilidad en 2015 han brillado incluso a través de las ventas, ya que 22 por ciento de las ventas de KCP en 2012 provino de productos innovadores con el medio ambiente, sobrepasando 13 por ciento en 2011. Estos esfuerzos de reciclaje son medibles, veraces, y muestran a sus clientes que los compromisos de empresas con soluciones residuales sostenibles son reales. Esto lo dice todo en un momento en el que muchos clientes están incluso dispuestos a pagar más por productos de empresas socialmente conscientes. Con más de un enfoque en la gestión de soluciones sostenibles para sus residuos; KCP y empresas con prácticas similares destilan la responsabilidad corporativa y social, aumentando la lealtad del cliente en el proceso.
Las empresas que generan residuos industriales y de manufactura también se están beneficiando. La empresa Gage Products con sede en Michigan, desarrolló un método para reciclar sus disolventes de pintura, utilizados por los fabricantes de automóviles, permitiéndoles a ellos y a sus socios ahorrar dinero y recursos, recuperando casi 75 por ciento de su material de entrada al mismo tiempo. Esto trae clientes interesados en la sostenibilidad y en el ahorro de costes directamente a la puerta de Gage. Similar a KCP, Gage ha encontrado una manera de reducir no sólo su impacto ambiental mediante la reutilización de sus propios residuos de fabricación, sino que incluso ha desarrollado un sistema para la reintegración de esos materiales de reciclado en el proceso de fabricación.
El ser socialmente responsable de esta forma envía un mensaje positivo, tanto a los consumidores como a los empleados. Como se ve en un reciente artículo del año 2013 de la revista Forbes, muchos ejecutivos de empresas coinciden en que las prácticas de responsabilidad social y compromiso con la comunidad corporativa resultan en empleados más felices y talentosos.
Con frecuencia, el problema de la fabricación y de los residuos de pre-consumo es pasado por alto, y se ha dejado como “una nota al margen” de la discusión durante mucho tiempo. El hecho de que una empresa no deba ponerle su cara directamente a los consumidores finales no quiere decir que genere menos residuos, o que el reciclaje y sus alianzas de sostenibilidad deban tomarse menos en serio. Por el contrario, incluso existen beneficios tangibles al hacerlo. A medida que disminuye su impacto ambiental y aumenta su enfoque en ser verdaderamente socialmente responsable, la relación que una empresa tiene con sus clientes no puede más que fortalecerse.