La reconocida feria internacional del envase, procesamiento y conversión Ipack-Ima 2015 -organizada en la ciudad de Milán, Italia, del 19 al 23 mayo pasados- fue escenario para sostener un debate crucial sobre el sistema agro-alimentario mundial, y la situación global de la alimentación. Los organizadores de este evento clave de nuestra industria acertaron completamente al poner bajo la lupa un tema tan delicado como estructural para la agenda mundial del desarrollo sostenible, y en el que las tecnologías y soluciones de envase y embalaje deben ejercer un rol preponderante.
En el foro "Diseñando un futuro resistente: alimentos, tecnología y desarrollo sostenible" -celebrado en el marco de la feria de Milán- cuatro expertos mundiales conversaron para buscar posibles soluciones sobre cómo encontrar el equilibrio para el ecosistema mundial. Debate cuyas conclusiones deberían servir como inspiración y plataforma para salvaguardar la salud, combatir el hambre, y mejorar el medio ambiente de nuestro planeta, y en el que los profesionales de envase y embalaje tenemos un papel muy importante y una responsabilidad. Especialmente cuando se ha comprobado cómo un elevado porcentaje de la pérdida y del desperdicio de los alimentos se debe, justamente, a soluciones de envase deficientes.
La conferencia planteó el duro interrogante sobre ¿qué tan sostenible puede ser el sistema agro-alimentario mundial? Especialmente cuando vemos cifras verdaderamente inquietantes. Por ejemplo, de acuerdo con estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en el mundo hoy existen 800 millones de personas malnutridas (es decir 1 persona de cada nueve habitantes del planeta). De acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas se requieren $3200 millones de dólares al año para poder llevarle comida a los 66 millones de niños con hambre en el planeta, que hoy están en edad de asistir a la escuela primaria.
Cuarenta por ciento (40%) de todo el trigo producido en el mundo se convierte en combustible y alimento para animales, mientras que 1200 millones de toneladas de alimentos en el mundo simplemente se desperdician al año. De acuerdo con cifras presentadas en Ipack-Ima 2015, el área cultivada del planeta está destinada a reducirse en 20% durante los próximos 30 años (según los peores pronósticos) debido a la desertificación, afirman los organizadores de esta conferencia.
Todo ello mientras se espera que la población mundial crezca de 7000 a 10000 millones de habitantes en el año 2050, una tasa de expansión -como bien lo señalan los organizadores de esta feria- "que jamás se había visto en toda la historia de la humanidad", y que de no tomarse medidas estructurales a lo largo de todos los actores de la cadena de provisión de alimentos podría terminar en duras situaciones de hambrunas y desbalances muy graves del ecosistema mundial.
Esta conferencia estuvo dirigida por Claudio Peri, profesor emérito en tecnología de alimentos de la Universidad Estatal de Milán, y en ella participaron además importantes autoridades mundiales en alimentos como Greg Drescher, vicepresidente del Instituto Culinario de America (CIA), por su sigla en inglés; Michiel Bakker, director global de servicios de alimentación de Google; Paolo Barilla, vicepresidente de la reconocida firma italiana de alimentos Grupo Barilla; y Philippe Scholtès, gerente general de la división de cooperación tecnológica de UNIDO, o la Organización de las Naciones Unidas a cargo del desarrollo industrial.
La conferencia es, sin duda, una fuerte llamada a la acción para todos los actores de la cadena de suministro de alimentos, e indica que todos debemos jugar un papel clave: desde los cultivadores, la industria, los distribuidores, los consumidores, y quienes fabrican tanto las tecnologías de conversión, envase y embalaje como las mismas soluciones de envase, concluyó este foro. De acuerdo con Claudio Peri: "Revolucionar el sistema no es una alternativa sino un imperativo. Cooperar hará posible lograr el tan esperado balance, lo más rápidamente posible, y a un costo sostenible, que nos beneficie a todos".