Por: Karine Dussimon, Analista de investigación en Euromonitor Internacional
Desde el aumento de residuos plásticos hasta la contaminación de océanos y la tala masiva de árboles, el reto de lograr empaques sostenibles es cada vez más urgente. Conozca cómo pequeñas acciones, materiales alternativos y un enfoque holístico pueden transformar esta crisis en una oportunidad para proteger el planeta.
Ante el aumento de un 2% en las ventas minoristas globales de empaques en 2016, el daño ambiental generado por el enfoque económico de “hacer, usar, desechar” es motivo de creciente preocupación. Esto es particularmente evidente en Asia, América Latina y el Medio Oriente/África, que experimentan un crecimiento demográfico continuo.
El desarrollo sostenible de los empaques es una necesidad apremiante desde el punto de vista ecológico, y también ofrece oportunidades para las empresas a lo largo de la cadena de suministro.
El empaque es una necesidad, pero también lo es su desarrollo sostenible
Aunque varía mucho según el material, la geografía y el fabricante, la huella medioambiental de los empaques sigue representando un problema ecológico. La función principal de los empaques de proteger el contenido es, en sí mismo, un beneficio sostenible.
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La Unión Europea estima que los volúmenes de desperdicios alimentarios generados solo en sus Estados miembros ascienden a 88 millones de toneladas al año. A nivel mundial, las Naciones Unidas calcularon que el desperdicio de alimentos en 2013 representó el 35% de todos los alimentos producidos.
El uso de empaques para los alimentos prolonga su vida útil, protege contra daños e informa a los usuarios finales sobre las mejores prácticas de consumo. El uso de alimentos empacados a expensas de los productos a granel es ampliamente reconocido como un medio principal para reducir el desperdicio.
Un estudio realizado en 2014 por Denkstatt muestra cómo el uso de empaques para ciertos alimentos puede ser en general más positivo que nocivo para el medio ambiente.
Por otra parte, el aumento del uso de empaques crea otros problemas ecológicos. El “Informe Planeta Vivo” del WWF afirma que, cada año, utilizamos los recursos de la Tierra a un ritmo 1,5 veces superior al que la naturaleza puede renovarlos.
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Al igual que la mayoría de las actividades económicas, como la producción de petróleo y de prendas de vestir, la industria del empaque contribuye al agotamiento de recursos naturales como minerales, madera y agua, e igualmente a la contaminación del aire, vertederos y fondos marinos, lo mismo que al daño de diversas formas de vida. Esto se debe principalmente a la creación de materiales y residuos tóxicos.
Según el organismo Eurostat de la Comisión Europea, tan solo la UE-28 se generó 160 kg de residuos de empaques por habitante en 2013. Por lo tanto, se reconoce ampliamente que la necesidad de una mayor sostenibilidad en los envases es una exigencia ecológica.
El volumen de empaques es mayor en países en desarrollo
Con una población que supera ampliamente a la de las demás regiones, Asia Pacífico domina el volumen global de empaques al detal, con ventas de 1.400 millones de unidades en 2016. Oriente Medio/África está experimentando el crecimiento más rápido, mientras que la desaceleración económica en América Latina no impide que la necesidad de los consumidores por artículos esenciales aumente rápidamente.
En muchos lugares, como la India y Colombia, los residuos se generan principalmente en los procesos iniciales de la cadena de suministro, por ejemplo, en la etapa de producción. Gran parte de los empaques y envases de plástico y metal se acumulan en vertederos y en canales y ríos, dado que el reciclaje sigue mostrando un bajo desarrollo.
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Mercados más maduros, como los de Europa Occidental y América del Norte, están experimentando un crecimiento más lento aunque positivo en su volumen de empaques.
A pesar de que el reciclaje está más desarrollado, con Escandinavia como un buen ejemplo, los residuos se generan a menudo en los procesos posteriores de la cadena de suministro, por ejemplo, en la fase final del consumo, y a veces puede terminar en el medio ambiente; o, por otra parte, su incineración provoca la emisión de residuos tóxicos.
Un enfoque holístico y a largo plazo de la sostenibilidad
Los empaques representan solo una parte de la huella ecológica de una empresa. Ante la reafirmación en el Foro Económico Mundial de 2017 de la necesidad global de cambiar a una economía circular, los fabricantes y minoristas necesitan revisar sus actividades y procesos generales.
Los sistemas de clasificación, como el reconocido índice de sostenibilidad Dow Jones, evalúan la sostenibilidad corporativa de un grupo. Cada vez se presta más atención a la creación de valor a largo plazo, con la menor cantidad posible de recursos naturales.
¿Cuál es el impacto ambiental de los empaques de alimentos?
El efecto medioambiental de los envases de alimentos es un asunto complejo que abarca múltiples factores, como la elección de materiales, los procesos de producción, la gestión de residuos y su contribución a la reducción del desperdicio de comida.
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Si bien los envases son indispensables para proteger y prolongar la vida útil de los comestibles, también plantean un desafío significativo debido al impacto ecológico que generan.
Producción y manejo de residuos
1. Consumo de recursos naturales:
- La fabricación de envases exige grandes cantidades de materias primas como agua, energía no renovable, madera y productos químicos. Esto provoca emisiones significativas de gases de efecto invernadero (GEI) y la contaminación de recursos hídricos con sustancias tóxicas.
- En los Países Bajos, más del 90% de los embalajes de papel y cartón se elaboran con material reciclado, lo que anualmente salva más de siete millones de árboles. Por cada tonelada de papel reutilizado se evita la tala de 3,3 árboles.
2. Desechos plásticos:
- Los polímeros sintéticos representan un problema crítico debido a su persistencia en el medio ambiente. Los residuos plásticos no biodegradables amenazan la fauna marina y los ecosistemas terrestres.
- Según Ocean Conservancy, los envoltorios de alimentos fueron los desechos más comunes hallados en las playas en 2019, superando a las colillas de cigarrillos, que habían encabezado la lista durante 34 años.
3. Incineración y vertederos: los envases plásticos, cuando no se reciclan, terminan en vertederos o son incinerados, liberando contaminantes como plomo, mercurio, cloruro de hidrógeno, dióxido de azufre y partículas tóxicas que afectan el aire, el agua y el suelo.
Relación con el desperdicio alimentario
El desperdicio alimentario tiene un impacto ambiental mayor que el de los envases. Según la FAO, si el derroche de alimentos fuera un país, sería el tercer mayor emisor de GEI a nivel mundial, solo detrás de China y Estados Unidos. Los envases, especialmente los de plástico, son clave para reducir esta pérdida al extender la vida útil de los comestibles y prevenir su deterioro.
La industria debe diseñar soluciones de embalaje sostenibles que equilibren la protección del producto con la disminución de residuos. Optimizar los envases primarios, secundarios y de transporte es una estrategia clave para minimizar tanto el desperdicio alimentario como el impacto ambiental.
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Alternativas sostenibles y circularidad
- Materiales biodegradables y compostables: los bioplásticos, fabricados a partir de maíz, caña de azúcar o patatas, son renovables y constituyen una alternativa al plástico convencional. Sin embargo, su producción requiere fertilizantes y pesticidas que contaminan el agua y el suelo. Naciones como Francia han implementado regulaciones para promover envases compostables, permitiendo que los comestibles no consumidos regresen a la economía como biomasa.
- Papel y cartón: aunque el papel tiene una huella menor en términos de gases de efecto invernadero comparado con el plástico, su producción consume grandes áreas forestales, afectando los ecosistemas. A pesar de ello, su alta tasa de reciclaje lo convierte en una opción más sostenible.
- Reciclaje: en los Países Bajos, la recolección selectiva domiciliaria permite un manejo eficiente de materiales como papel y plástico. Sin embargo, muchos polímeros no se reciclan adecuadamente, lo que agrava el problema ambiental.
10 empaques de alimentos que dañan el medio ambiente
El impacto ambiental de los empaques y envases alimenticios es una preocupación creciente, ya que su uso excesivo y manejo inadecuado generan una contaminación significativa en ecosistemas terrestres y acuáticos. A continuación, le contamos cuáles son los diez embalajes más perjudiciales para el medio ambiente:
- Plásticos de un solo uso
- Ejemplos: botellas de agua y bolsas de supermercado.
- Impacto: su durabilidad casi infinita y el manejo inadecuado han provocado la formación de islas de basura en los océanos, con 3.4 millones de toneladas de residuos plásticos flotando en ellos.
- Consecuencias: liberan sustancias tóxicas durante su descomposición, contaminando el aire, el suelo y el agua.
- Envases multicapa
- Ejemplos: tetra pak y envolturas que combinan plástico, papel y aluminio.
- Problema: su compleja composición dificulta el reciclaje, lo que conduce a una mayor acumulación en vertederos.
- Poliestireno expandido (EPS)
- Ejemplos: cajas para comida rápida y bandejas de supermercado.
- Impacto ambiental: Este material, también conocido como unicel, tiene una tasa de reciclaje extremadamente baja y libera sustancias tóxicas al descomponerse o ser incinerado.
- Sobres plásticos de condimentos
- Ejemplos: paquetes de ketchup, mayonesa y otras salsas.
- Problema: su reducido tamaño y composición mixta impiden un reciclaje eficaz, terminando a menudo en vertederos o en el océano.
- Popotes o pitillos de plástico
- Impacto: se encuentran entre los principales contaminantes de playas y océanos.
- Riesgo: la fauna marina los confunde con alimento, lo que puede provocar lesiones graves o incluso la muerte.
- Película plástica para alimentos frescos
- Ejemplo: envolturas delgadas utilizadas en frutas y verduras.
- Problema: es difícil de reciclar y, a menudo, no se clasifica correctamente para su eliminación adecuada.
- Bolsas de plástico: aunque más resistentes que las de un solo uso, estas bolsas generan residuos duraderos que contribuyen a la contaminación en ecosistemas terrestres y marinos.
- Envolturas de alimentos individuales
- Ejemplos: empaques de caramelos, bocadillos y barras de cereales.
- Datos clave: en 2019, superaron a las colillas de cigarro como los principales residuos recolectados en playas, según Ocean Conservancy.
- Cajas de espuma de poliestireno para alimentos
- Uso común: restaurantes de comida rápida.
- Impacto: este material tarda siglos en degradarse y emite gases de efecto invernadero durante su fabricación.
- Bandejas de plástico para alimentos frescos
- Ejemplo: empaques de carnes, frutas y vegetales.
- Problema: generan residuos adicionales innecesarios, que a menudo no se reciclan adecuadamente debido a su bajo valor comercial.
La contaminación marina es uno de los principales problemas, ya que entre el 60% y el 90% de los desechos en playas mexicanas son plásticos. Además, la producción de materiales plásticos contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero, agravando el cambio climático.
Karine Dussimon es analista de investigación senior de Envases en Euromonitor Internacional. En su rol en la industria del envase, Karine es responsable del contenido y la calidad de los datos y escritos sobre envases de Euromonitor. Su investigación sobre envases provee información estratégica de 54 paí¬ses del mundo, cubriendo temas sobre los bienes de consumo empacados de alta rotación; además, es conferencista regular en eventos internacionales de envase, en ferias como Emballage, en Francia, y Emhart Glass, en Suiza.