La necesidad de innovar para diferenciarse en el mercado no sólo influye en el diseño del envase, sino también en los cambios en el producto.
En el mundo de la gastronomía se dice que la comida primero se come con los ojos. Lo que pasa es que cuando los ojos ven, el cerebro saborea. Es decir, que la vista juega un papel fundamental en la generación de expectativas.
Se ha demostrado en diversos estudios cómo el consumidor cambia su percepción de los alimentos de acuerdo con el color, y el tipo de envase que lo contiene. De esta manera se han detectado oportunidades para potenciar la percepción del sabor mediante el diseño del envase, pero también para sorprender.
El diseño del producto está estrechamente ligado a la expectativa de sabor que tenemos, antes de probar un alimento. La percepción del sabor de un alimento comienza cuando vemos la forma, textura y color de su empaque, así como el aspecto del producto que tiene dentro.
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El sabor de la diferenciación
Sabemos que mientras más intenso el color rojo del envase, más intenso será percibido su sabor según una investigación reciente realizada por las universidades Politécnica de Valencia y la Universidad de Oxford.
Sin embargo, también sabemos que no todas las marcas deben ir en la misma dirección. Sino los envases de todas las bebidas y alimentos dulces tendrían que ser indefectiblemente rojos, para ser percibidos como dulces. Para destacarse en el mercado es preciso encontrar una manera de diferenciarse, y para eso es necesario cambiar.
Cadbury´s se "adueñó" del color morado y así se convirtió en sinónimo de dulzura en chocolates, con lo cual la relación entre el sabor y el color también puede ser un factor cultural. Las marcas necesitan tener un color que las identifique y los consumidores asocian el beneficio que obtienen de ellas mediante el estímulo cromático.
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Desarrollos inesperados
Para las nuevas generaciones de consumidores existe una necesidad de innovar en todo sentido para captar su atención. Esto implica el diseño de sabores novedosos y hasta desafiantes, así como sus empaques también deben ser diferentes y no seguir siempre la línea de lo establecido, tanto en forma, como en color y material.
¿Qué sabor tendría una hamburguesa de pan de color negro? ¿o un chocolate verde? A primera vista uno diría que preferiría evitar consumir alimentos con un color extraño. Sin embargo, una serie de desarrollos de productos y sabores completamente inesperados son la excepción a la regla.
Burger King en Japón lanzó una hamburguesa de pan, queso y aderezo negro para Halloween, y recientemente otra en color rojo relacionada con su salsa picante. El director general de la compañía en Japón, Masanori Tatsuiwa, asegura que esta es una manera económica de hacer publicidad ya que no cuenta con fondos para competir con McDonalds.
Por su parte Doritos en su edición “ruleta” advierte que algunos de los Doritos de la bolsa son extremadamente picantes para la sorpresa de los consumidores que quieren experimentar nuevas sensaciones, cuando menos se lo esperan.
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La publicidad de las redes
Parece que los consumidores japoneses esperan mucho de sus experiencias de consumo. En el último tiempo Kit-Kat de Japón ha lanzado más de 20 variedades de sabores en distintos colores de cobertura como verde, celeste, rosado y naranja entre otros. Esto dio origen a una larga serie de apariciones en Pinterest, Instagram, Twitter, Facebook donde consumidores de todo el mundo expresan su deseo por estas opciones de color y sabor en las tiendas de Japón.
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De esta manera vemos cómo son los mismos consumidores quienes se encargan de viralizar estos productos singulares con selfies y fotos en sus redes sociales, lo que da una gran exposición a las marcas en las plataformas que ya “pertenecen” a los usuarios. Una manera inteligente de estar en un mundo al que no se puede entrar por la fuerza...