Gran parte de las empresas usan sistemas tecnológicos, para que esto no se convierta en un dolor de cabeza preste atención a las siguientes recomendaciones.
Actualmente evidenciamos cómo los procesos de seguridad se han nutrido del BigData, Inteligencia Artificial y la Automatización; transformando las estrategias de las compañías y desarrollando las capacidades de detección y respuesta ante los ciberataques en vez de prevenirlos.
Tanto la metodología que soporta las decisiones de seguridad como la gestión de riesgos, se orientan en la disminución de la incertidumbre. Sin embargo, la organización asume eventos inesperados, que si suceden, pueden dejar una compañía con un daño reputacional irreparable o con impacto en sus procesos que no son fácilmente restaurables.
La experiencia demuestra que recuperar una organización de un ataque de ciberseguridad no es fácil y sus pérdidas económicas, reputacionales y de competitividad son incalculables. Por esto, las empresas deben trabajar en la capacidad de adaptarse de forma positiva ante los eventos adversos.
Javier Díaz, director global de ingresos del Grupo A3Sec, multinacional experta en ciberseguridad, señala las características y diferencias entre los modelos de gestión de riesgo resilientes y los antifrágiles, de esta manera se puede determinar cuáles de ellos son más eficientes para proteger la información de las compañías:
Basado en lo anterior, Díaz sugiere: