Para seguir siendo competitivas, las empresas deben mejorar continuamente sus procesos y ser más eficientes. La adopción de RFID hace que esto sea posible.
La inversión en tecnología RFID es una de las prioridades de las empresas interesadas en la innovación y los empaques inteligentes. De hecho, según cifras de IDTechEx Research, se espera que en 2020 las ventas alrededor de RFID alcancen los $13,2 mil millones de dólares.
El auge de RFID se debe, principalmente, a que permite rastrear y almacenar diferentes tipos de datos para diversas aplicaciones y mercados. Por ejemplo, en el sector salud, cada medicamento que es rastreado con una etiqueta RFID representa un retorno de $4 dólares por unidad. Por su parte en el sector de alimentos, esta tecnología ayuda a reducir hasta un 20 % la cantidad de alimentos que caducan antes de llegar al cliente final, lo que representa un ahorro de más de $20 mil millones de dólares.
Avery Dennison es una de las compañías que le está apostando al etiquetado inteligente para optimizar las operaciones de sus clientes y ayudar a las marcas a mejorar la experiencia de usuario. "RFID Food se enfoca 100 % en desarrollar tecnologías para etiquetas inteligentes. Nuestra visión es que en el futuro cada producto físico va a tener una vida digital, un gemelo digital, y estamos llevando al mercado tecnologías que hacen que esto sea posible", señaló Pedro Garza, Market Development Manager de la división RFID Food de Avery Dennison, a ElEmpaque+Conversión.
Para el ejecutivo, los consumidores son cada vez más conscientes de lo que compran y la tecnología le ofrece más transparencia al consumidor al darle información adicional sobre el producto, como por ejemplo su origen y si es orgánico o no. El RFID también ayuda a mejorar aspectos operativos y logísticos, porque se puede identificar dónde está el producto en la cadena de suministros, desde la producción hasta el almacenamiento, distribución y venta minorista.
"Asegurar los alimentos y toda la cadena de suministro es una necesidad global. Lo vemos por ejemplo en los Estados Unidos, donde es obligatorio que los proveedores vendan productos más rápido para evitar el riesgo de bacterias. En promedio, en Estados Unidos un alimento viaja más de 2.000 kilómetros para llegar al consumidor final, entonces es una cadena de suministros muy compleja y que puede optimizarse con la tecnología", afirmó.
Para una integración exitosa de soluciones RFID de extremo a extremo en las operaciones comerciales es necesario empezar por identificar cuál es el problema que la empresa quiere resolver. "Las empresas tienen muchos desafíos, por ejemplo en la cadena de suministro o el nivel de involucramiento del consumidor con la marca. Esos son los tipos de problemas que se deben identificar, y luego se tiene que escoger la mejor solución para resolverlo", indicó Garza.
En este sentido, Avery Dennison trabaja de la mano con las marcas para ayudarlas a migrar a un modelo de empaques inteligentes encontrando un punto de equilibrio entre los costos y los beneficios, "guiados por un grupo de gente experta que trabaja con ellos, que hace una validación en laboratorio para encontrar la mejor solución".
Para Pedro Garza, además del RFID existen otras tecnologías que van a transformar la industria de los alimentos en los próximos 10 años, como por ejemplo la nanotecnología y Blockchain. "La combinación de estas nuevos tecnologías con sensores, como por ejemplo los sensores de temperatura, trabajan en conjunto para contarle al consumidor toda la historia del producto, su origen, temperatura e incluso la fecha de caducidad. Son cosas que ya están viendo en otros segmentos, y que van a cobrar mayor relevancia en los alimentos".