La cuarta revolución industrial está transformando el campo de acción de las cadenas de suministro y la manera de operar en su entorno.
El término Industria 4.0 surgió en Alemania en 2010, como un proyecto de estrategia de alta tecnología del Gobierno Alemán. En términos generales, consiste en la interconexión de toda la cadena de valor de una empresa, aprovechando los avances tecnológicos como big data, internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), inteligencia artificial, analítica de datos, robótica, realidad virtual, impresión 3D, nanotecnología, entre otros, para desarrollar ecosistemas con alta productividad y eficiencia.
Estas ayudan a adaptar la compañía a las necesidades cambiantes de los consumidores, que quieren velocidad, personalización, entretenimiento, integración y transparencia.
Según McKinsey, la Industria 4.0 trata de la búsqueda de la efectividad operativa, la eficacia general del equipo (OEE por sus siglas en inglés) y la capacidad de lograr una personalización masiva de forma rentable. También se trata de abordar las cosas de manera diferente, introducir niveles más altos de automatización y conectividad y hacer un mejor uso de los grandes datos.
La industria del embalaje está respondiendo a las crecientes demandas de los propietarios de marcas de ciclos de vida del producto más cortos y variaciones en los costos, lo que lleva a tiradas más cortas, más cambios de línea y más tiempo de inactividad en las líneas de conversión tradicionales.
Si se implementa bien, la Industria 4.0 mejora los procesos industriales involucrados en la fabricación, ingeniería, uso de materiales, desempeño y gestión de activos.
Sin embargo, también presenta nuevas demandas significativas de la cadena de suministro: adopción del Packaging Machine Language o PackML, estándar técnico para el control de máquinas de embalaje; implementación de inteligencia artificial y machine learning, automatización de procesos a lo largo de la cadena; y uso de cobots y robótica avanzada.
Strategy mostró las oportunidades para el sector minorista y de bienes de consumo para la integración de la cadena de valor con tecnologías digitales, presentando ejemplos de modelos de negocio:
Automatización
La creciente variedad de envases individualizados y personalizados requiere que las plantas ofrezcan la máxima flexibilidad, respuesta dinámica y fiabilidad en el flujo de material y fabricación.
La automatización también favorece la productividad, pero al mismo tiempo aumenta la complejidad. Por esta razón, es crucial utilizar soluciones modulares que reduzcan el tiempo de comercialización y aumenten la disponibilidad de la planta, con ingeniería eficiente y menor complejidad.
De acuerdo con un estudio de Frost & Sullivan, en cooperación con Siemens, en el siglo XXI, el cambio hacia la automatización estará impulsado por la necesidad de los fabricantes de gestionar ciclos de innovación rápidos, requisitos de personalización complejos y las presiones de costos en un panorama global con fuerte competencia. Presenta seis niveles de cambios: