La medida, que pretendía gravar con 50 pesos las botellas plásticas utilizadas en el envase de bebidas, fue desestimada del texto final.
El 2018 finalizó con la firma de la Ley de Financiamiento por parte del presidente Iván Duque. Inicialmente esta reforma tributaria contempló varias propuestas; sin embargo, algunas de ellas se desestimaron y suprimieron del texto final aprobado por el Congreso. Tal es el caso de la medida que pretendía gravar con 50 pesos las botellas plásticas utilizadas en el envase de bebidas.
Para quienes en su momento defendieron la iniciativa, este gravamen no solo hubiese aumentado la renta de los llamados “impuestos verdes” en 27.000 millones de pesos, de acuerdo con los cálculos iniciales del Gobierno, sino que además le hubiese permitido al país avanzar en términos de políticas ambientales, la reducción de la dependencia del plástico y el reciclaje, pues la propuesta contemplaba eximir del pago a las empresas que demostraran el cierre del ciclo de vida de sus productos.
Y es que mientras que en países como Alemania se recicla el 47% del plástico que se consume, en Colombia esa cifra solo alcanza el 17% de los 12 millones de toneladas que se producen cada año.
Por su parte, quienes criticaron la propuesta apelaron a argumentos como el encarecimiento de las bebidas, sobre las que la Ley de Financiamiento ya contemplaba aplicar un IVA plurifásico.
Para Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos, esta propuesta, además de aumentar el precio de algunos bienes envasados, incrementaría el impacto ambiental negativo al estimular el uso de sustitutos como el vidrio, cuya producción y transporte requiere de un mayor consumo de energía y emisiones de CO2.
Además de lo anterior, Mitchell publicó recientemente una columna de opinión titulada “A propósito de los impuestos a las botellas de plástico”, en la que da a conocer lo que, a su juicio, podrían considerarse vacíos legales en el texto de la propuesta desestimada:
El ejecutivo reconoció que si bien la medida en esencia iba en la dirección correcta, en tanto que no era una propuesta únicamente recaudatoria sino que buscaba incentivar el reciclaje de envases, en la práctica esta solo hubiera contribuido a encarecer el producto final.
Para Mitchell, la desestimación del impuesto a las botellas plásticas no debe asumirse como una derrota en la agenda de políticas medioambientales, sino como una oportunidad para que todos los actores se involucren y empiecen a “trabajar en propuestas que aborden de manera integral los cambios que se requieren para mejorar la gestión de residuos en Colombia”.