¿Cómo optimizar gastos con sus cajas de cartón corrugado? (Primera Parte)

¿Cómo optimizar gastos con sus cajas de cartón corrugado? (Primera Parte)

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Las cajas de cartón corrugado son, sin duda, uno de los embalajes más utilizados en la industria. De hecho, su uso está tan extendido que es común que, si se tienen 200 productos diferentes, se cuente con el mismo número de tamaños de cajas de cartón corrugado. La cantidad invertida anualmente en estas cajas es considerable, por lo que siempre nos preguntamos qué podemos hacer para reducir los costos de estos materiales. 

Basados en nuestra experiencia, tanto como asesores para diversas compañías como en las diversas investigaciones que hemos adelantado en el laboratorio de pruebas, presentamos en este artículo algunas sugerencias orientadas a la reducción de costos. 

Por supuesto, existen varias formas en las que podemos abordar una reducción de costos, entre las que se encuentran las cuatro listadas a continuación: 

  1. Búsqueda de nuevas alternativas de suministro
  2. Determinación de la resistencia que requieren las estibas para soportar nuestro producto
  3. Disposición o acomodo eficiente del producto para ahorrar espacio
  4. Reducción del número de cajas de cartón corrugado 

Búsqueda de nuevas alternativas de suministro

Una alternativa que no requiere de gran conocimiento técnico, en lo que se refiere a los materiales involucrados, es la búsqueda de otros proveedores que nos vendan el mismo material que hoy utilizamos a un menor costo. Si bien es cierto que esta alternativa puede resultar más sencilla, en realidad deben considerarse otros aspectos que podrían presentar grandes problemas en el uso de estos materiales de embalaje. 

En este sentido, es fundamental contar con una buena especificación técnica del material, requerimiento que muchas veces no se cumple. Es decir, si no tenemos la información completa que nos permita conocer la calidad uniforme del material de embalaje que estamos utilizando, al momento de buscar alternativas podemos contratar con un nuevo proveedor que nos ofrezca menor precio, pero también una caja de calidad muy inferior a la que actualmente recibimos. Encontrar una alternativa de suministro adecuada y más económica solo podría garantizarse si contamos con la información completa de las especificaciones técnicas. Por otra parte, debemos estar seguros de que el material que recibimos continuamente se corresponda con los parámetros que asegura tener. 

Una situación común es que las empresas no realicen las pruebas a las cajas de cartón corrugado que reciben. En muchos casos, lo único que se revisa son sus dimensiones. 

Imaginemos que tenemos un proveedor cuyas cajas de cartón nos funcionan en forma adecuada, pero no cuentan con la información técnica sobre su absorción de humedad (obtenida a partir de la prueba de COBB). Supongamos que la caja que utilizamos hoy tenga un COBB bajo, digamos de 120 g/m2; sin embargo, como lo desconocemos, es posible que un nuevo proveedor nos ofrezca una caja a un precio atractivamente menor y con parámetros similares a los que sí conocemos, pero con un COBB de 1000 g/m2 (lo cual nos podría indicar que es una caja elaborada de material muy reciclado). 

A primera vista, ambas cajas pueden parecer similares, la gran diferencia va a consistir en que ante la presencia de humedad esta nueva alternativa tenderá a reducir su resistencia a la compresión de una forma dramática y, por lo tanto, fallará durante su almacenamiento y transporte, ya que la caja colapsará y el producto tenderá a dañarse. 


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Otra situación común es que los proveedores pueden manipular los datos porque asumen que sus clientes no verifican la calidad de las cajas que entregan. Es decir, supongamos que de acuerdo con nuestro producto y el uso que le vamos a dar necesitamos una caja de 36 lb/pul de ECT (Edge Crush Test); como nuestro conocimiento del tema es escaso, contactamos al proveedor y le damos la información detallada para que nos asesore. Este nos asegura que la resistencia que necesitamos es de 42 lb/pul (dato que colocará en las especificaciones técnicas de la caja); de hecho, en la negociación, puede ofrecernos un precio muy competitivo que corresponde a una resistencia de 40 lb/pul, aún cuando en realidad nos entregará una caja de 36 lb/pul. 

No es extraño que al verificar la calidad de una caja de cartón corrugado, ésta presente resistencias muy por debajo de lo declarado y solicitado en la especificación técnica. Esto significa en muchos casos que estamos pagando un precio mayor por una resistencia que en realidad no estamos recibiendo, lo cual se traduce en una pérdida. Hay que evitar estas fugas y convertirlas inmediatamente en ahorros. 

Desafortunadamente, nuestra experiencia de 14 años en el laboratorio de pruebas nos permite decir que aproximadamente entre el 70 % y el 80 % de las cajas de cartón corrugado que se analizan, arrojan resultados en los que sus características reales están muy por debajo de lo plasmado en las especificaciones técnicas e incluso en los valores impresos en el mismo corrugado. En promedio estas diferencias van de 4 a 10 lb/pulg por debajo de lo requerido.

Determinación de la resistencia que requieren las estibas para soportar nuestro producto

Una segunda forma para obtener ahorros es determinar la resistencia que requiere la estiba que va a soportar nuestras cajas de cartón corrugado. Para ello se cuenta con metodologías que pueden ser de gran utilidad y que detallamos a continuación. 

Cuando se desarrolla una nueva caja de cartón corrugado, lo normal es que le facilitemos al proveedor una muestra del producto que contendrá, pues basado en esta información es que él podrá realizar un diseño adecuado. Cabe destacar que existen otros aspectos que es fundamental que se tengan en cuenta para lograr la resistencia requerida, como la forma en la que se va a acomodar el producto en la tarima, cómo será manipulado durante el transporte y a que condiciones de manipulación estará sometido el embalaje. 

Para saber cómo determinar la resistencia pondremos el siguiente ejemplo: imaginemos que la caja tiene una base de 30 × 20 cm y tiene una altura de 15 cm; por otra parte, el peso de la caja con producto es de 14 kg. Asimismo, se ha determinado que la caja deberá ser elaborada de corrugado de flautas C, las cuales tienen un grosor de 0,4 cm. 

Con estos datos se puede aplicar la fórmula conocida como McKee, que se muestra continuación:

**B2BIMGEMB**1**

Donde:

ECT es la resistencia ECT (Kg/cm)

C es la resistencia a la compresión que debe tener la caja (Kg)

G es el grosor del cartón (cm)

P es el perímetro de la base de la caja (cm)

En nuestro caso, conocemos tanto el grosor del cartón como el perímetro de la base de la caja, pero desconocemos la resistencia a la compresión. Para esto requerimos saber cómo se estibará el producto. Si, por ejemplo, requerimos un acomodo en almacén de tres estibas, cada una con siete camas de producto (ver figura1), tendremos una columna de 21 cajas. Si cada caja pesa 14 Kg, entonces el peso total de la columna es de 294 Kg. Este dato será la resistencia a la compresión requerida de esta caja, también conocida como C o BCT (Box Compression Test). Con esto ya se tiene toda la información para aplicarla a la fórmula de McKee:

**B2BIMGEMB**2**

Figura 1

**B2BIMGEMB**3**

Así, la resistencia ECT requerida para este producto es de 7,92 Kg/cm. Dado que en algunos países se maneja este parámetro en sistema inglés, se convierte de la siguiente manera:

7,92 kg/cm x 5.5981 =   44,3 Lb/pul

Ahora ya sabemos que la resistencia ECT que requerimos es de 44,3 Lb/pul ≈ 45 Lb/pul.

Supongamos que hoy efectuamos la prueba de ECT a nuestro corrugado utilizado en planta y que encontremos valores mayores a este requerimiento, por ejemplo 60 Lb/pul; esto querría decir que estamos pagando un sobreprecio por una resistencia que no necesitamos. Al ajustar nuestra especificación técnica (digamos a 45 Lb/pul) alcanzaremos un ahorro en la utilización de esta caja de cartón corrugado.

Es importante notar que en la ilustración se ha señalado un acomodo columnar, el cual es la mejor alternativa para mantener la resistencia mecánica de las cajas. El acomodo columnar es el más resistente para la estiba, ya que los puntos más sólidos de una caja son precisamente las esquinas y, por el contrario, la parte más frágil son las partes medias de las caras y el centro de la base, como se aprecia en la siguiente ilustración:

**B2BIMGEMB**4**

Sin embargo, en muchas ocasiones, las empresas deciden acomodar el producto en un formato conocido como amarre: colocando las cajas como si fueran ladrillos de un muro, como se muestra la siguiente ilustración:

**B2BIMGEMB**5**

De izquierda a derecha: arreglo columnar y arreglo con amarre.

El acomodo tipo amarre debilita sensiblemente (hasta en un 50 %) la resistencia a la compresión. Si este fuese el caso, el ECT calculado deberá incrementarse hasta en un 50%; por esta razón, lo más adecuado es mantener un arreglo columnar a sabiendas de que es un acomodo poco estable. La estabilidad puede otorgársele mediante el uso de película estirable, esquineros, flejes, adhesivos tangenciales, etc. 

Como se ha visto en la ilustración de la estiba, se consideran tres estibas de siete camas cada una, por lo que la carga total es de 21 cajas, para lo cual se requiere de un ECT de 45 lb/pul. 

Una posibilidad muy interesante es incluir esquineros en las estibas. Estos tienen una gran capacidad de carga dependiendo de su calibre. En nuestro ejemplo, podrían utilizarse esquineros que, colocados de forma correcta, alcancen una capacidad de carga de hasta 1200 kg, esto significaría que son los esquineros los que van a cargar la segunda y tercera estiba, y –en consecuencia- la caja que se encuentra en la primera cama, de cada plataforma, solamente cargará las seis cajas pertenecientes a su estiba. 

Esto por supuesto nos permite reducir el ECT de nuestra caja casi a la tercera parte de lo que originalmente habíamos calculado, lo cual se traducirá en un ahorro considerable en los costos de embalaje.

 

En nuestra próxima entrega veremos las metodologías restantes para la reducción de costos en cajas de cartón corrugado. Estas técnicas son: mejorar la disposición o el acomodo del producto dentro de la caja, lo cual lleva a la optimización de nuestros espacios dentro del almacén y durante el transporte, y disminuir el número de cajas por medio a partir de la definición de un tamaño adecuado.

Artículo de la edición febrero - marzo 2019: código EE0601-cartón

Aquí puede leer la segunda parte de este artículo, en la que comentaremos una tercera opción que tiene que ver con la disposición eficiente de nuestro producto en los espacios de distribución y almacenaje.


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