Durante dos jornadas se reunieron en España, en el primer semestre del 2012, un par de grupos de directivos de diferentes sectores, relacionados con el embalaje y la cadena de suministro, que concluyeron sus discusiones en la importancia de la cadena logística y su interacción con el envasado.
Las sesiones de trabajo, organizadas por Hispack (feria española para la industria del embalaje) y la Fundación ICIL (Institut Català de Logística; entidad de investigación, formación, divulgación y aplicaciones empresariales en logística), congregaron a expertos provenientes de diversas compañías y sectores, como fabricantes de cajas de cartón, especialistas en sistemas logísticos, proveedores de recubrimientos y profesionales en ingeniería, entre otros.
Unos de los primeros señalamientos de los asistentes a las reuniones, enfocados en la importancia de conectar en mayor medida el envasado con la logística, fueron la necesidad de pensar siempre en el usuario final y el hecho de que los actores de la cadena intercambien puntos de vista y busquen soluciones conjuntamente; para Menno Veefkind, de Idom -prestadora de servicios profesionales de ingeniería-, “los usuarios son la mejor fuente de conocimiento”, al igual que para Francesc Font, de la empresa fabricante de cajas de cartón Cartonajes Font, y para Albert Martorell, de SLI -Soluciones Logísticas Integrales-, quienes concuerdan en que la solución se perfecciona o incluso se diseña a partir de contacto con los clientes finales, de la experiencia de ese usuario.
Claves para la logística actual
Cinco condiciones básicas para que un embalaje funcione fueron expuestas por Manuel Muñoz, también de Cartonajes Font: ser reutilizable, que su diseño contribuya a eliminar embalaje, que sea económico, que ocupe poco espacio y que tenga un costo adecuado, características que involucran a la logística y al envasado de forma directa. La reciclabilidad es un valor añadido para muchas marcas en la actualidad, como precisó Oriol Aran, de Aguas Font Vella y Lanjarón, parte de Danone.
Por su parte, el comercio electrónico, que última instancia necesita del empaque y la logística para llegar al cliente final, plantea nuevos retos; por ejemplo en España, en donde se llevó a cabo la reunión de empresarios, la escasa demanda, la poca rotación y los lotes de entrega muy bajos, convierten al país en el país más costoso de Europa, convirtiendo al comercio electrónico en poco sostenible hasta que se generalice, apuntó Jaume Mira, de la Fundación ICIL.
Entre tanto, para Juan Carlos Fontela, de Roche, el común denominador de empresas españolas exitosas y con modelos distintos, como Zara o Mercadona, es “un diseño logístico muy bueno, capaz de garantizar disponibilidad de forma rápida y eficiente”. “En cada sector se podría estandarizar el sistema logístico y así bajar costes y precios, beneficiando tanto al productor como al consumidor”, anotó Oscar de Gruijter, de Stork Inter Iberica, empresa dedicada al diseño y la fabricación de sistemas de embalaje y paletización.
Innovar para ahorrar costos
En el transcurso de las sesiones se expusieron diversos casos prácticos en los que se demostró cómo el pensar en la cadena logística en conjunto reporta beneficios, reduciendo costos de forma significativa y ganando calidad y valor añadido, y cómo la innovación en el envasado permite satisfacer las necesidades de los clientes en múltiples aspectos, no sólo en costos sino en mercadeo u obligaciones medio ambientales:
- Según Francesc Font “en el envasado siempre se mira lo que hay fuera, pero lo que hay dentro es muy importante”; es básico para que el producto llegue al destinatario en buenas condiciones, por ejemplo una de sus novedades, el Bottle Pack, fue “pensado para empresas de mensajería con el objetivo de disminuir la rotura de botellas de vino durante el transporte”, o como un contenedor plegable para líquidos o semilíquidos con mil litros de capacidad, con una bolsa de plástico en el interior y de un solo uso, diseñado con el objetivo de encontrar un envase “que ocupa poco espacio plegado, es fácil de montar, reciclable, apilable y eficaz”.
- Juan Carlos Fontela explicó que necesitan la mayor capacidad de adaptación posible, ya que sus clientes trabajan “con productos que tenemos que mantener a diferentes temperaturas: unos congelados, otros entre 2 y 8 grados, otros a temperatura ambiente”. Esto conlleva a tener que trasladar múltiples formatos y pensar diferentes soluciones. Una de ellas es Varipack, un sistema que permite adaptar las cajas de cartón a la medida de los productos que contienen; “así, podemos asegurar, por ejemplo, la verticalidad de los envases que guarden en su interior”. Otro de los campos con los que trabajan es la impresión directa sobre las cajas, que “permite reducir costos y evita riesgos, como que la etiqueta se caiga”. Una tercera línea de trabajo es la trazabilidad de los bolígrafos de insulina para diabéticos, “que necesitan garantizar que producto por producto, no se rompe la cadena de frío”. En esta línea, describió, actualmente tratan de diseñar un empaque que aguante hasta 72 horas de frío, ya que “podemos tener paquetes de cinco kilos que contienen material que vale miles de euros, y se pueden echar a perder si la cadena de frío se rompe”.
- Jordi Soler, de Zetes, que ofrece soluciones para la cadena de suministro, identificación de personas y movilidad, realiza una investigación sobre etiquetado y trazabilidad con nuevas tecnologías, en donde la clave es encontrar etiquetas que permitan localizar los paquetes con procedimientos más sencillos y eficaces. Actualmente Zetes experimenta “con una tecnología para hacer fotografías de los palés e identificar todos los códigos de barras visibles”. Aunque la técnica es un avance importante, aún no permite identificar los paquetes que quedan en la parte interior. “La tecnología con radiotransmisores RFID podría ser un camino, pero aún debe evolucionar”, afirmó.
- Alberto García, del grupo cervecero Mahou-San Miguel, expuso el proceso de más de una década que les ha llevado a desarrollar un nuevo palé de plástico que sustituirá a los de madera: “Es un proceso que iniciamos en los años 90, implantando cajas de plástico con medidas normalizadas que permitieran cambiar el diseño de las botellas, más altas y estilizadas, como proponía el departamento de mercadeo”. Sobre las ventajas del palé de plástico, explicó: “buscamos asegurar las medidas y mejorar así la automatización, pero lo más destacado es que hemos conseguido un palé sin mantenimiento y con 15 años de vida útil, con un peso de 10 kilos menos que el de madera, lo que lleva a una media de 240 kilos menos por camión”. Además, “apilado permite cuatro alturas, frente a las tres del de madera, con lo que incrementamos notablemente la capacidad de cada almacén; son de material 100% reciclado y reciclable, limpio, que no acumula bacterias y con él se eliminan los elementos extraños (grapas, clavos, trozos de madera) en las líneas”.
Analizando el caso de Mahou-San Miguel, el experto en logística Eduard Llobet, de la institución académica ESADE, destacó que “en el resultado se nota cómo se ha pensado en el proceso en su conjunto, desde la botella a la caja, al palé, implicando a diversos departamentos de la compañía”. El proyecto de la cervecera ha contado además con la colaboración de la Universidad de Bruselas, añadió Alberto García, procedimiento vital según Llobet, quien apuntó que “nadie, ni en España ni en otros países, tiene equipo suficiente para acometer investigaciones de este tipo, con lo que las universidades pueden resultar un aliado muy importante”.
Otros ejecutivos que hicieron parte de estos encuentros fueron Pedro Macià y Pedro Delgado, de SSI Schäfer, Multinacional alemana proveedora de sistemas logísticos, soluciones de almacenaje, software logístico y sistemas de preparación de pedidos; Enric Blesa, de Akzo Nobel Paintings, compañía de recubrimientos, pinturas y químicos especiales; Alberto Sanz, de Cartonajes Font; Joan Prades, de Promaut, grupo de soluciones de ingeniería; y Miguel Salinas, de Ferag Ibérica, proveedora del sector de las artes gráficas.