Estrategias corporativas medioambientales y legislación para convertidores en Colombia
Estrategias corporativas medioambientales y legislación para convertidores en Colombia
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"El documento establece metas e indicadores para contribuir a reducir la contaminación ambiental, conservar los recursos naturales, favorecer la integridad ambiental de bienes y servicios y estimular el uso sostenible de la biodiversidad, como fuente de la competitividad empresarial y de la calidad de vida. Es así como, a partir de la aplicación de la política, por parte de las autoridades ambientales y todos los sectores de la sociedad, se prevé para el 2014 la reducción de 3% en consumo de luz y energía a nivel nacional y para el año 2019 una reducción de 10%. Se proyecta el aumento para 2014 de 10% en venta de bienes y servicios ambientalmente certificados y de empresas con indicadores sociales y ambientales reportados y reconocidos internacionalmente. Porcentaje que para el 2019 será de 30% y 40%, respectivamente. Por otra parte, la política plantea el incremento de normas para gestión post-consumo de residuos prioritarios o de consumo masivo".(4)
Según el Ministerio de Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial en Colombia: "esta nueva política, además de incluir la responsabilidad de productores y de fabricantes en el ciclo de vida del producto, promueve la educación y creación de conciencia entre los consumidores sobre el uso racional de agua, energía, y diferenciación de productos amigables con el medio ambiente".(5)
En una reciente conferencia, durante el Seminario Internacional de Envase Sostenible organizado por esta publicación, le pregunté a cerca de 300 representantes de diferentes sectores de la cadena productiva de envases: cuántos conocían la normatividad ambiental colombiana relacionada con residuos sólidos. Mi sorpresa fue grande al observar cómo muy pocas manos se levantaron. La legislación actual y la estrategia del gobierno colombiano de presentar productos amigables con el medio ambiente serán, de seguro, un campo de reflexión y cambio de hábitos en los próximos años. Razón por la que sí creo que las empresas fabricantes de empaques deberán formalizar su aproximación y metodologías en las estrategias ambientales.
Este tema se origina en una de las primeras Conferencias de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente, la celebrada en Estocolmo en 1972. El objetivo de este encuentro fue ponerle fin a las políticas sancionadoras con carácter correctivo aplicadas a aquellas empresas cuya actividad perjudicara al medio ambiente. Fue a partir de esta conferencia cuando se inició la defensa de una política preventiva, que promueva una actuación anticipada para evitar el impacto medioambiental de las empresas. Siguiendo esta línea, la Unión Europea establece el Sistema de Gestión Medioambiental conocido, también, como EMAS (EcoManagement and Audit Scheme). Este sistema permite la participación voluntaria de las empresas para evaluar y mejorar su comportamiento medioambiental y para difundir la información acerca de su compromiso por unas actuaciones no contaminantes.
La aplicación de este reglamento no sólo mejora lo relacionado con el medio ambiente sino, también, la obtención de una serie de ventajas para la empresa. Los puntos más relevantes se resumen en:
Una guía para su implementación son las normas ISO 14000, que son un intento por establecer una norma internacional voluntaria para la gestión medioambiental. Entiendo que las empresas fabricantes de envases conocen muy bien estos temas. Sin embargo, no todas se animan a su implementación ¿Por qué?
En Europa existe hoy una fuerte presión social para que se implementen normativas estrictas, pero lo que más llama la atención es que en este esfuerzo se está buscando también que exista una armonización y homogeneización de todas las decisiones de la Unión Europea relacionadas con aspectos medioambientales. El objetivo de esta armonización radica, entre otras cosas, en que la producción de las empresas comunitarias se realice bajo las mismas condiciones en todos los países miembros.
Las impulsoras de estos temas en América Latina serán, sin duda, empresas que compran materiales de envases y empaques. Especialmente aquellas exportadoras que ofrecen sus productos en los mercados internacionales, como el europeo. Cada vez se buscará más proveedores con estrategias medioambientales claras, que les permitan presentarse como empresas comprometidas con el medio ambiente.
Este es un campo que requiere estudio y compromiso gerencial, y que invita a reflexiones de cómo se ha trabajado hasta la fecha, y cómo se deben replantear los procesos con el fin de conseguir cumplir objetivos ambientales y, sobre todo, la sostenibilidad de la empresa en el tiempo. Medir el desempeño será entonces clave para poder establecer indicadores. Estas mediciones deberán poder ser comparadas unas con otras, de lo contrario, no vamos a saber qué está bien y qué no lo está; y cómo hacer para mejorarlo.
Bibliografía:
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