Bolsapel incursiona con firmeza en el mercado de mangas contraíbles

Bolsapel incursiona con firmeza en el mercado de mangas contraíbles

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Bolsapel encarna una de esas edificantes lecciones empresariales en las que el espíritu de familia, lejos de ser obstáculo para el desarrollo de una compañía, se convierte en motor para el crecimiento, el cambio y el logro de las metas propuestas.

Esta parece ser la mística que transmitió a su familia Don Martín Rastellino, fundador de Bolsapel, quien llegó a trabajar como un empleado más a una fábrica ubicada exactamente en el mismo lugar donde hoy funciona la planta de conversión de empaques flexibles en Burzaco, 25 kilómetros al sur de Buenos Aires. Las cualidades y visión del fundador rápidamente lo llevaron a ascender en el escalafón y a pasar de ser uno más en la empresa a convertirse en el dueño de la compañía. Efectivamente, ante las amenazas de cierre de la antigua fábrica, Don Martín tomó la visionaria decisión de adquirirla.

En sus comienzos la empresa, que inició actividades en 1943, estaba dedicada a la fabricación de bolsas de papel a partir de pliegos precortados e impresos en prensas tipográficas Minerva; pliegos que posteriormente se doblaban para confeccionar las bolsas de manera manual. Estas bolsas estaban destinadas a abastecer los mercados de yerba mate, harina y azúcar.

Para los dos hijos del fundador --Jorge (actual presidente) y Horacio Rastellino (hoy vicepresidente)-- la Planta de Burzaco representa el lugar donde transcurrió la mayor parte de su infancia y adolescencia, el lugar donde compartieron juegos, pero también donde aprendieron el noble oficio de su padre. Y, llegado el momento, donde asumieron las riendas del negocio para traer con éxito a Bolsapel al siglo 21. Actualmente esta convertidora constituye una de las cinco más destacadas firmas fabricantes de empaques flexibles en Argentina.

Entre los principales procesos productivos de Bolsapel hoy figuran la flexografía, el rotograbado, la laminación con y sin solventes, el corte y rebobinado, el preformado de pouches, bolsas convencionales y parables y, ahora, la producción de mangas contraíbles. A lo largo de sus seis décadas de trayectoria Bolsapel se ha caracterizado por la inversión en la tecnología más moderna, por la innovación constante, la productividad mediante aplicación de indicadores de gestión, y por la calidad de su producto impreso --ello lo demuestran los más de 20 premios internacionales obtenidos por su excelencia en impresión flexográfica, galardones otorgados por entidades como la Flexographic Technical Association (FTA) y el Instituto Argentino del Envase.

Bolsapel hoy cuenta con dos fábricas, y una capacidad total de producción de 20 millones de metros cuadrados al mes. Varias de las más importantes compañías multinacionales de los sectores alimentario, tabacalero y de cuidado del hogar --entre otros mercados-- figuran entre sus clientes (ver recuadro). Para dar un ejemplo, Bolsapel hoy suple los empaques secundarios de cigarrillos a Philip Morris-Argentina, y es proveedor homologado a nivel internacional por esta multinacional. Ambas plantas están certificadas bajo las normas ISO 9002:2000.

La facturación de la convertidora argentina, en 2006, alcanzó los US$ 18 millones de dólares --facturación que ha venido creciendo año a año. El 90% de las ventas de la empresa tienen como destino el mercado interno, y ya 10% de éstas se despachan a mercados internacionales entre los que figuran Estados Unidos, Perú, Brasil, Uruguay y Bolivia. No obstante entre las estrategias actuales de la empresa está, precisamente, el incrementar sus exportaciones especialmente a otros países de América Latina.

Tres pasos fundamentales
En momentos en los que este mercado crece, a nivel mundial, entre 15% y 20% anual (de acuerdo con la empresa de investigación PakIntell LLC) y el hecho de que América Latina constituya un mercado emergente en el cual las mangas comenzaron a fabricarse hace relativamente poco tiempo, las oportunidades para crecimiento son potencialmente más altas en comparación con mercados maduros como los de los países de Europa occidental y América del Norte, o Japón, por ejemplo.

El segmento de las mangas contraíbles en el mundo --y América Latina no es la excepción-- ha experimentado el más rápido crecimiento frente a los demás tipos de etiquetas existentes, en los últimos 5 años. Y las habilidades de las mangas para proporcionarle gran atractivo a un empaque, la opción de ‘vestir’ un envase de pies a cabeza, la alternativa de cubrir las más innovadoras y poco convencionales formas, así como de proveer imágenes, colores e información desde los 360 grados de un empaque, son causas suficientes para este acelerado crecimiento.

Para garantizar el éxito de este proyecto de las mangas contraíbles --por motivos de orden y de inversión-- la empresa ha dado pasos sistemáticos y muy firmes desde 2003, año en el que tomó la decisión de dar el viraje estratégico. Entre estos pasos figura, en primer lugar, la adquisición de la prensa de rotograbado Rotomec 4004 de Bobst, una de las más sofisticadas líneas de impresión en Suramérica. En segundo lugar la inauguración --a mediados de 2006-- de una moderna planta de producción también localizada en Burzaco (a 1 kilómetro de la planta original). Y finalmente, pero no menos importante, la compra de equipos especializados en la confección y terminación de las mangas contraíbles del fabricante estadounidense Stanford Products LLC. La inversión hasta hoy, en los equipos y la nueva planta, asciende a US$ 6,5 millones de dólares.

La nueva planta de Bolsapel ostenta un moderno diseño y cualidades funcionales que favorecen el bienestar, el confort y la productividad de los trabajadores, así como el cuidado del medio ambiente. Ella cuenta con sistemas especiales de manejo y tratamiento de los solventes. Aquí opera el área de impresión de rotograbado y de fabricación de mangas. El área total es de 25.000 metros cuadrados, y 4.300 metros de superficie cubierta. Una zona de 200 metros cuadrados de extensión está especialmente destinada a la confección y terminación de las mangas, y está acondicionada para mantener la temperatura controlada, de manera que esta no afecte el material de las mangas sensible al calor.

Rotograbado: Cambios ultra-rápidos y eficiente secado
En agosto de 2005 se instaló en Bolsapel la prensa de rotograbado Rotomec 4004, perteneciente al grupo Bobst, que es algo así como la ‘espina dorsal’ en la nueva operación de la convertidora argentina. "Sin lugar a dudas, la adquisición de esta prensa fue una de las decisiones más difíciles que se tomaron al momento de seleccionar el tipo de tecnología en la que íbamos a invertir. Pues ya contábamos con el más alto reconocimiento de nuestros clientes, y del mercado, gracias a la calidad que podíamos alcanzar en flexografía, y este último hubiese sido el camino más fácil o cómodo de recorrer", le dijo Horacio Rastellino a Conversión, durante nuestra visita.

Sin embargo, "la decisión estuvo basada en las exigencias del mercado. Básicamente nuestros clientes nos planteaban la necesidad de empaques cada vez más exigentes en lo que respecta a calidad de impresión. La tendencia de los tirajes es la misma detectada hace algunos años, esto es, cada vez más cortos como resultado de una alta segmentación de marcas. Y la otra problemática eran los costos de la preprensa, y la participación en licitaciones regionales, que es algo que se viene dando en los últimos años a raíz de la globalización de nuestros clientes. Frente a todo este panorama y escenarios, nuestra decisión fue la de buscar equipamiento que satisficiera las necesidades planteadas. Entonces, después de un exhaustivo análisis de las máquinas disponibles en el mercado, y luego de varios viajes a exposiciones y plantas matrices de los fabricantes de equipos gráficos, concluimos que el mejor equipo disponible era la impresora de huecograbado de cambio rápido, especialmente desarrollada para cortos tirajes, la Rotomec RS-4004", afirmó Alejo Rastellino.

"Esta fue una definición estratégica porque estábamos incursionando en una tecnología nueva, que nos permitiría acceder a mercados a los que anteriormente no podíamos llegar", añadió.

La Rotomec 4004 ostenta transmisión electrónica, alcanza velocidad máxima de impresión de 400 mts/min. Cuenta con 9 estaciones que se pueden configurar para impresión de 9 colores, o para 8 colores más aplicación de barniz UV y laca, o 7/2 colores para impresión simultánea de anverso y reverso. Además permite la aplicación de lacas termosellables o cold seal. Ofrece la posibilidad de procesar dos anchos distintos de impresión. "El más ancho, para abarcar los tirajes más largos, y uno angosto con el cual cubrimos los tirajes más cortos, brindándole de esta forma al cliente el beneficio de una grabación más económica que la tradicional, y comparable inclusive con los costos de la provisión de una plancha flexográfica", dijo Horacio Rastellino.

Sin duda una de las cualidades más valiosas de la Rotomec 4004 para Bolsapel radica en los cortos tiempos de alistamiento de trabajos que ofrece; permite realizar cambios de trabajo ultra-rápidos gracias a su sistema de cambio del carro completo, incluyendo bombas y todos los elementos que intervienen en el proceso de entintado. De manera que el paso de un trabajo al siguiente tarda, en promedio, 35 minutos.

Hoy Bolsapel está produciendo mangas contraíbles a partir de películas de PVC y PETG (40/50 u), provistas principalmente por la firma estadounidense Klockner Pentaplast.

Al imprimir mangas contraíbles, saber cómo enfrentar la sensibilidad térmica de los sustratos resulta fundamental. Por tanto existe una característica de la Rotomec 4004 que la hace particularmente especial para la impresión de éstas. "Normalmente, entre un cuerpo impresor y el siguiente las prensas de rotograbado poseen unas torres para secar la tinta; la capacidad para secar es proporcional a la superficie que recorre una película desde que sale de un cuerpo hasta que ingresa al siguiente. Por lo tanto, entre más recorrido haga la película antes de entrar al siguiente cuerpo, mucho mejor para todo el proceso. Nuestra máquina cuenta con túneles de secado de alta eficiencia especialmente diseñados para imprimir este tipo de substratos.

De esta forma aseguramos una mayor calidad de impresión, y tenemos la ventaja de poder operar la máquina a una velocidad superior a la de muchas máquinas de huecograbado en el mercado", afirmó Juan Carlos Alessandretti, Gerente Comercial de Bolsapel.

Terminación: Velocidad óptima y mínimo desperdicio
El gran salto de Bolsapel al mundo de las mangas ha estado apoyado en gran medida en la inversión en tecnología de punta; esta incursión ha ido muy de la mano de la recién adquirida línea de terminación de la compañía estadounidense Stanford Products LLC. "Nosotros evaluamos las principales alternativas de máquinas confeccionadoras de mangas y cortadoras de las mismas. Del análisis de los diversos equipos concluimos que el mejor equipamiento para atender las necesidades del mercado en el que pretendíamos ingresar eran las máquinas producidas por la firma Stanford. Stanford nos garantizaba los aspectos técnicos y las tolerancias exigidas, con niveles de productividad y desperdicio realmente excelentes", le dijo Juan Carlos Alessandretti a Conversión.

La línea de terminación de Stanford, adquirida por Bolsapel, está compuesta por una Seammachine SM-10, o la máquina destinada a formar y sellar las mangas contraíbles, y por la cortadora de mangas modelo SC-400. Los equipos comenzaron a trabajar en agosto de 2006, y contaron con la capacitación y asesoría permanente de los técnicos de Stanford. Incluyendo los periféricos requeridos, y las adaptaciones del edificio, la inversión en esta línea de terminación ascendió a US$ 250 mil dólares.

Este equipo cuenta con varias características significativas para la productividad en la fabricación de las mangas, como su sistema de aplicación de solvente con patente pendiente, y su rebobinado oscilante. Este último provee la capacidad para controlar de manera automática que la oscilación ocurra de manera sincronizada y en relación con la velocidad del equipo. Esta cualidad facilita la generación de velocidades de producción superiores, así como la producción de rollos compactos y firmes que, a su vez, proporcionan mayores velocidades cuando se procesen, después, en equipos de aplicación automática.

"El rebobinado oscilante permite que la zona de selle no se vaya acumulando una exactamente encima de la siguiente, en cada vuelta de la bobina. Como la bobina va oscilando hacia los lados, y de manera controlada, la costura se extiende en un área más amplia, lo que permite formar rollos con diámetros mayores, y con más material por rollo terminado, lo que se traduce en un aumento notable de la productividad para el aplicador de las mangas. Todos estos puntos representan ahorros para nuestros clientes, ya que sus máquinas estarán menos tiempo paradas. Este sistema oscilante, al combinarse el control de tensión, evita la generación de rollos ´telescopeados´", afirmó Allessandretti.

La formadora de mangas alcanza una velocidad de producción de 500 mts/min. La velocidad de este equipo es una de las cualidades más importantes, destacó Horacio Rastellino, ya que puede absorber la producción de una impresora de alta velocidad como la Rotomec 4004, evitando así la formación de un cuello de botella.

Mangas con la cantidad precisa de adhesivo
La formadora de mangas de Stanford es dueña de un sistema muy especial de suministro del adhesivo sobre la costura, para la formación de las mangas, que implica una muy significativa reducción del desperdicio e incrementos en la productividad del proceso global. En virtud de este sistema se hace innecesaria cualquier intervención humana en la calibración del caudal del adhesivo a ser aplicado sobre la unión de las mangas. Según Alessandretti: "La aplicación del adhesivo es una característica vital de este equipo, porque no debemos olvidar que cuando la manga llega a esta etapa ya está impresa; por lo tanto ya cuenta con valor agregado. Si nuestro equipo no tuviera un buen nivel de productividad, se generarían defectos y desperdicios".

Mediante el interfaz digital de la máquina el operario puede especificar qué cantidad de adhesivo necesita un tipo de trabajo concreto; entonces el equipo determina cuál es el monto adecuado con base en la velocidad inicial de la máquina y, de manera sincronizada, durante todo el proceso hasta que el equipo alcanza la velocidad máxima. "Justamente la aplicación del adhesivo es esencial en la manga, para que no se produzcan defectos como el que una manga se pegue a la otra, se generen excesos de adhesivo o ausencias de él. Ello, sumado a poder garantizar que todas y cada una de las mangas de las bobinas producidas estén pegadas, desde la primera hasta la última, significa el logro de un mínimo de desperdicio y máxima productividad", añadió.

"Estamos convencidos de que estas máquinas [Stanford] cuentan con adelantos tecnológicos que redundan en beneficios por las productividades alcanzadas, y en ventajas para nuestros clientes ya que nuestras bobinas presentan menos problemas de maquinabilidad al momento de su aplicación. Muchos de los problemas típicamente observados en el mercado tienen que ver con los finales de las bobinas despegados, bobinados descentrados, bobinados telescopeados, metros de material pegados entre sí, etcétera. Estos son problemas que, afortunadamente, no observamos con la tecnología de confección de mangas de Stanford", explicó Alejo Rastellino.

Y para completar su línea de terminación, Bolsapel adquirió de Stanford la máquina cortadora de mangas SC 400. La compra de esta máquina obedeció a la necesidad de gran mayoría de clientes en nuestros mercados latinoamericanos de efectuar la aplicación de la manga de manera manual, porque no necesitan o cuentan con equipos para la aplicación automática de la misma.

El equipo SC 400 permite realizar tanto troquelado transversal, como perforación longitudinal, y la producción de mangas que cubren el cuerpo completo (full-body) del envase integrando también la parte que recubre la tapa para crear, por ejemplo, aplicaciones de evidencia de adulteración (tamper-evident). La parte superior de la manga, en este caso, hace las veces o reemplaza a la banda de evidencia de adulteración. Esta función de la cortadora le brinda a Bolsapel la oportunidad de abrir mercados y penetrar en nuevos nichos donde la protección de la marca y la integridad del producto son esenciales.

"Para nosotros el negocio de las mangas contraíbles es, básicamente, un negocio de ´detalles´, en el cual todos los factores y pasos que intervienen en el proceso deben garantizar la calidad del producto final. Porque de nada sirve producir una manga con una excelente impresión, e incluso con una excelente confección, si al momento de aplicarla no se tienen los cuidados correspondientes para asegurar la calidad imaginada", le dijo Horacio Rastellino a Conversión.

Apalancando el futuro
A partir de su incursión en la producción de mangas contraíbles, la convertidora argentina le está apuntando a algunos de los mercados más exigentes y prácticamente inexplorados; mercados que por su altísima demanda en la calidad de impresión y terminación requieren no solamente de gran trayectoria y experticia, sino de la tecnología más avanzada --cualidades éstas que le sobran a Bolsapel. De acuerdo con sus directivas, la estrategia de crecimiento de la empresa en el mercado de mangas está enfocada no tanto a los mercados tradicionales --como el de lácteos y bebidas en general-- sino más bien a aquellos segmentos menos explorados, como el de cosméticos, productos farmacéuticos y juguetes, por ejemplo.

Bajo el liderazgo de un equipo directivo muy experimentado, y una joven generación de profesionales con ímpetu y visión futurista, Bolsapel está capitalizando agresivamente en las enormes ventajas que ofrecen actualmente las mangas contraíbles, un segmento que está fuertemente impulsado por las necesidades de usuarios finales en búsqueda de mayor diferenciación en el anaquel, altos gráficos, y la posibilidad de ‘vender’ sus productos desde los 360 grados de un envase.

La experiencia de Bolsapel en el mundo de los flexibles, y su recorrido de más de 6 décadas en el mercado de empaque en Argentina, proveen terreno firme desde donde seguir creciendo, y con mucho éxito. Ciertamente, con el viento a su favor, podrán seguir volando muy lejos hacia distintos mercados internacionales.

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