Qué esperan sus clientes de los empaques

Lo primero que esperan los fabricantes de productos de consumo (FPC) de los empaques, es la satisfacción de ciertas exigencias que se podrían considerar de obligatorio cumplimiento, como son las propiedades funcionales. Si hablamos de un empaque primario, estas propiedades tienen que ver con el desempeño del material del empaque en su tarea de contener, proteger y preservar el producto para que esté a disposición del consumidor, en las condiciones esperadas, y en el período de tiempo garantizado. Este desempeño depende, fundamentalmente, de la interacción potencial del empaque con el producto y con todos los ambientes y condiciones a que se vea sometido durante el resto de su ciclo de vida.

Para ello, los materiales de empaque tendrán que llegar en las condiciones especificadas a las máquinas empacadoras, correr a condiciones óptimas de productividad, pasar las pruebas de aseguramiento de calidad, resistir las condiciones de distribución, exhibición y acarreo por parte del consumidor, y permitir que este los use sin dificultades.

Sólo con la seguridad de que el empaque puede satisfacer estas exigencias iniciales, para lo cual siempre habrá alternativas, los FPC se ocupan de establecer cuáles de esas alternativas pueden satisfacer otras características no menos importantes, pero que permiten más flexibilidad en la selección, y más tolerancia en su especificación. Se trata de las características asociadas a las exigencias de mercadeo y a la capacidad del empaque para satisfacer exigencias ambientales.

Finalmente, la prueba de fuego: ¿Qué alternativa de empaque satisface la relación máxima permisible de costo del empaque a costo del producto? Si no existe ninguna, es preciso abandonar el proyecto, cambiar de proveedores, o reconsiderar los objetivos. Si no se satisface esta condición de viabilidad económica, no vale la pena insistir, porque el objetivo último es agregar valor.

Pero para que cuando la alternativa seleccionada se lleve a la práctica no sea demasiado tarde, conviene considerar el nivel de participación temprana del proveedor de empaques, la copia de los empaques de los competidores, trabajar con proveedores de empaques expertos en la categoría, o todas las anteriores. El supuesto es que se está buscando un empaque óptimo: ni sobre diseñado, ni subdiseñado. El sobre diseño podrá asegurarnos que el empaque no falle ahora, ni en el futuro, pero no es la alternativa recomendada, aunque las góndolas están repletas de ejemplos: Carnes frías empacadas en coextruidos que las protegen 65 días y hay que fecharlas a 30, plegadizas con sólo 50% de su volumen ocupado, botellas de vidrio o plástico con un espesor de pared 30 ó 40% superior al requerido, etcétera.

Durante el diseño del empaque, los equipos de trabajo pueden disponer de un kit de herramientas prácticas, y de fácil uso, para verificar barreras, fenómenos de migración, resistencias fisicoquímicas, resistencias mecánicas, relaciones de área a volumen, mínimas áreas de cierres, dobleces y pestañas, relación costo/empaque a precios del producto, etcétera. Se puede diseñar una tabla sencilla de cálculos automáticos en Excel, o comprar un programa ya listo como el WinSPEX, de The Sarbrook Company, Inc..Construiremos un mini kit en una próxima publicación. Aunque aseguremos la selección óptima del empaque, este nos puede fallar en el futuro si no se hacen las previsiones del caso; estas previsiones no son otra cosa que un sistema de administración de especificaciones (SAE).

Muchos de los problemas que surgen en los procesos de empaque se originan en las especificaciones. Cuando éstas son preparadas con prisa, sin cuidado, sin conocimiento, o sin suficiente atención, como para que correspondan con su alto impacto en los costos, y en la calidad de las comunicaciones cliente-proveedor. Dos consideraciones son relevantes: contenido y logística de manejo; el primero para asegurar que no se omitan características críticas, y el segundo para prevenir costosos errores humanos.

En rigor, todas las características esperadas de los empaques deberían quedar documentadas de manera inequívoca en sus especificaciones, pero éstas tradicionalmente se limitan solo a describir dimensiones básicas asociadas a planos mecánicos, información general de carácter logístico, y algunas características críticas que originaron problemas graves en el pasado y que a alguien se le ocurrió incluir. Es común se suponga cómo, al describir los materiales, quedan inequívocamente descritas las propiedades intrínsecas y de interacción del empaque, pero como esto no es necesariamente cierto, es recomendable hacer un análisis de modos y efectos de falla durante el diseño del empaque, e incluirlo en las especificaciones. Los modelos de especificaciones de las compañías multinacionales son una buena aproximación, aunque suelen quedarse cortas en características funcionales, y extremadamente extensas en detalles irrelevantes.

Un SAE de empaque se enfoca en cómo desarrollar especificaciones prácticas y claras, y en cómo usarlas apropiadamente, para optimizar todo el proceso, desde el diseño hasta la disposición final de los empaques usados. Incluye criterios funcionales, de mercadeo, legales, de manufactura, de distribución y de costos. Esto se realiza en todas las empresas de una u otra manera, porque en todas existe un área responsable de generarlas y diseminarlas por las demás áreas que las requieran; la diferencia radica en la efectividad de cada sistema para cumplir sus propósitos. Lo usual es que esta tarea se cumpla produciendo especificaciones escritas en un procesador de palabras, que se distribuyan en documentos escritos, o por correo electrónico, para ser revisadas y aprobadas por los responsables, y que se mantengan back-ups electrónicos o voluminosos archivos en papel.

Hasta aquí todo parece adecuado, pero las siguientes situaciones resultan familiares: Largos tiempos a la espera de aprobaciones, pérdida de documentos aprobados, obsolescencia o desactualización de parámetros o especificaciones completas, entrega o consulta tardía, carencia de información, y errores de transmisión e interpretación del contenido; estos errores implican la posibilidad de usar especificaciones obsoletas o incompletas, con sus correspondientes costos. Afortunadamente, también existe software para esto, como la base de datos de especificaciones de empaque PC-SPECS, que permite el manejo fácil de especificaciones completas, que incluyen dibujos en CAD, gráficas y documentos en texto en un ambiente de multiusuario. Una vez en el sistema, las especificaciones están instantáneamente disponibles para todos en una LAN con acceso controlado, hacer las actualizaciones en tiempo real y mantener activas sólo las que están vigentes. Igualmente, el tener este sistema le permite a la compañía estar un paso adelante para eventuales compras electrónicas, y no tener un gran equipo de trabajo dedicado a esto.

Así que los fabricantes de productos de consumo esperan mucho de los empaques, porque estos, a fin de cuentas, son la tarjeta de identidad de las marcas de sus productos. Diseñarlos o escogerlos adecuadamente y garantizar su buen desempeño futuro, es un proceso complejo que no puede dejarse al azar, ni considerarlo como un proceso marginal.