Pruebas remotas y en monitor para pre-prensa en impresión

**B2BIMGEMB**1** El flujo de trabajo de la producción digital ha traído enormes beneficios a la industria de las comunicaciones gráficas, entre éstos mayor consistencia, calidad más alta, un control enormemente mejorado de proceso y ahorros significativos en tiempo y dinero. El resultado neto de estos beneficios ha sido la creación de oportunidades para una mayor rentabilidad, tanto para los impresores como para sus clientes.

No obstante, la prueba de color, particularmente en las etapas críticas de igualación de color y de pruebas de contrato, con el tiempo se ha convertido en algo semejante a un 'hijo adoptivo' en el flujo de trabajo digital. En este paso ha sido necesario que el impresor (u otro proveedor) 'encierre' los datos, haga una copia dura y la envíe al cliente para su revisión. Esta copia dura se marca y se anota a mano y se regresa al proveedor, quien implementa los cambios requeridos, produce una segunda copia dura y la envía al cliente para su aprobación o para una revisión adicional.

Ahora, sin embargo, la confluencia de varias tecnologías ofrece la capacidad --para algunos usuarios pioneros-- y la realidad de hacer pruebas, anotar y revisar una imagen digital en un monitor, no solo para una revisión interna de la copia, sino durante todo el recorrido hasta la prueba de contrato. Aunque seguirá existiendo la necesidad de contar con pruebas duras precisas de contrato, parece cierto que las pruebas remotas y en pantalla --todas pruebas digitales-- se convertirán en una parte importante del flujo de trabajo en la producción del color.

Beneficios de las pruebas totalmente digitales
Una ventaja de las pruebas remotas y en monitor es que permiten un nivel significativamente más alto de colaboración y de interacción entre los diversos participantes en el proceso de aprobación del color. Un usuario autorizado puede revisar la versión más actualizada de un archivo (sea de una página, una imagen o un trabajo entero), compararla con versiones anteriores, hacer (o sugerir) y anotar cambios, y presentar luego la versión o el archivo anotado a otros participantes en el proceso de aprobación.

Asumiendo que las herramientas apropiadas para la administración del color y la calibración del monitor se encuentren a punto, la imagen final puede ser aprobada como una prueba de contrato. Si se presentan revisiones de último minuto, éstas pueden enviarse directamente a un monitor controlado y calibrado en la sala de prensas, donde los operarios pueden evaluarlas, hacer nuevas planchas de ser necesario y proceder directamente a la producción.

Aunque los mayores ahorros se dan en términos de tiempo, un flujo de trabajo para pruebas de esta clase ofrece ahorros auxiliares importantes en costos. Una empresa que realice incluso un volumen bajo de pruebas de color gasta normalmente varios miles de dólares al año en materiales, en correos especiales, costos de despacho, gastos por entregas personales y otros costos asociados con la entrega de pruebas tradicionales. Los usuarios de altos volúmenes pueden gastar decenas y, en algunos casos, incluso cientos de miles de dólares al año por concepto de estos rubros.

Estos costos, y la existencia de nuevas tecnologías que permiten su reducción de manera importante, ofrecen a los impresores y a otros proveedores una oportunidad real de diferenciarse de sus competidores. Los sistemas de pruebas remotas y en pantalla eventualmente se popularizarán, pero en estos momentos son relativamente raros. Este es, por tanto, un excelente momento para introducir a los clientes en su utilización y fortalecer su papel en sus negocios.

Definiciones y necesidades de hardware
Las pruebas remotas y en pantalla representan una nueva capacidad, que se está desarrollando con rapidez. Distintos aspectos de esta capacidad se están utilizando y equipado de diferentes maneras, por lo cual es necesario señalar algunas diferencias. Las pruebas remotas se refieren a la capacidad de revisar (y, como se dijo anteriormente, de anotar) el mismo archivo desde distintos lugares, utilizando una conexión de Internet para tener acceso al archivo. Los monitores en los que se revisa el archivo pueden estar o no calibrados para ofrecer una igualación crítica del color, en lo que se constituiría como una verdadera prueba digital de contrato. La realización de una prueba en un monitor que se encuentre calibrado y controlado, sea en un lugar distante o en el sitio donde se encuentra realmente el archivo, se conoce como prueba virtual.

Las consideraciones acerca del hardware son, por supuesto, mucho más importantes en el caso de las pruebas virtuales que el de las pruebas remotas. Los impresores y otros profesionales de las comunicaciones gráficas que se interesan en pruebas virtuales de nivel de contrato deberían consultar con su proveedor; la lista de monitores y de programas para este efecto cambia con mucha rapidez.

En el tema del hardware, debe señalarse que un archivo en un lugar remoto puede producirse en una impresora de inyección de tinta que se encuentre apropiadamente calibrada y equipada, para ofrecer pruebas virtuales duras remotas. (Por supuesto, la “virtualidad” de semejante copia depende entonces de los insumos, de la calibración y de la administración del color de la impresora).

¿Un cambio de paradigma?
Se ha previsto que entre los primeros usuarios de pruebas remotas y virtuales se incluirán agencias publicitarias internacionales, editores de revistas, cadenas de ventas al detal y casas de ventas por correo, compradores corporativos de impresos, proveedores de preprensa, impresores y periódicos. Esta es ya una sección muy amplia de la industria de las comunicaciones gráficas. Parece muy probable que antes de lo previsto, la lista crezca para incluir a todos aquellos que toman parte en la producción del color. Dada la ubicuidad de los monitores a color y de Internet, es casi un hecho que las pruebas remotas, y en pantallas, tendrán un carácter universal.

Esto puede parecer una afirmación muy ambiciosa para una capacidad muy nueva y hasta el momento no muy extendida, pero es consistente con lo que hemos apreciado en otras partes del flujo de trabajo, como es el caso de la preparación de las planchas. Los ciclos tradicionales de aprobación de las pruebas son costosos, y son también muy onerosos en términos de tiempo. En este momento, los usuarios se muestran dispuestos a esperar 24 horas para ver una prueba porque no tienen otra opción. Sin embargo, los profesionales de las comunicaciones gráficas no necesitan 24 horas para corregir y aprobar un diseño de color; usualmente lo hacen en minutos, una vez tienen la prueba en sus manos. En un flujo de trabajo de pruebas de color en el que se toma, por ejemplo, 20 minutos para revisar y anotar una prueba y otras 24 horas para comunicar las observaciones, 1.4 por ciento del tiempo se emplea en trabajo real y el 98.6 por ciento restante solamente se emplea esperando.

Una vez que este retraso en el tiempo pueda eliminarse del flujo de trabajo, será eliminado. La necesidad de pruebas duras no desaparecerá, pero los ahorros en tiempo y en dinero de las pruebas remotas y en pantalla crearán un poderoso argumento para su uso donde quiera que puedan utilizarse.

En el corto plazo, los impresores y los usuarios de pruebas que adopten y aprendan a utilizar esta clase de pruebas gozarán de los puede llegar a ser una ventaja comparativa importante. Las empresas que busquen ganar una mayor competitividad al ofrecer valor agregado a sus clientes deberían considerar seriamente la adopción de esta importante y altamente productiva capacidad.

Suplemento publicado por la Foundation of Flexographic Technical Association, FFTA, en cooperación con Conversión, B2Bportales