La necesidad de enseñar sobre sostenibilidad a los consumidores

“La crisis que vimos en el último año no afectó en Brasil a la industria de los bienes de consumo. Solamente los productos con un valor agregado sintieron la crisis económica. Es más, la industria de bienes de consumo ha presentado un crecimiento, los últimos ocho años, a tasas muy significativas”.

“Ningún empaque llega vacío al supermercado. Todos contienen un producto. El tema del medioambiente no es específico de la industria del empaque, también le concierne a los hábitos de consumo de los compradores, a la intervención del Gobierno y al interés de otras industrias”.

“Es hora de que la industria de envase y embalaje asuma la responsabilidad ambiental de manera proactiva, porque hasta ahora nos quedamos en la parte tecnológica, y ahora más que nunca debemos demostrar el poder estratégico de los empaques”.

Aunque las industrias, los gobiernos y los medios de comunicación se han dedicado, cada vez con más ahínco, a adelantar campañas de promoción sobre la conciencia ambiental, la información que llega a la sociedad no es clara y genera dudas sobre lo que es y lo que no es sostenible.

Infortunadamente, la industria de los envases es una de las más afectadas en este cruce de versiones, y aún no ha podido dejar de verse como una de las que más contamina el ambiente.

Luciana Pellegrino, directora ejecutiva de la Asociación Brasileña de Empaques, ABRE, habló acerca de la desinformación en materia sostenible y de las tendencias del mercado de envases, en el marco del décimo Congreso de la Unión Latinoamericana de Envase y Embalaje, ULADE, llevado a cabo en Andina-Pack 2009, feria especializada de la industria de los empaques, celebrada en Bogotá, Colombia.

La desinformación y la sostenibilidad

“La consciencia ambiental llegó para toda la sociedad. Hoy tenemos a las escuelas, periódicos y empresas hablando del medio ambiente. Pero este tema llega a la sociedad de una forma muy amplia, con información que no todo el mundo entiende (…) Se habla mucho del calentamiento global, de la biodiversidad, de los recursos naturales, del tratamiento de basuras, pero son temas muy complejos. Por ello, tenemos dos grandes desafíos en este momento: Hacer que la gente entienda de qué se tratan estos temas, llevando la información con palabras más claras, y lograr que la sociedad entienda el concepto de Sostenibilidad, porque cuando no se logra comprender, le damos la oportunidad a otros para que utilicen el tema de manera equivocada”, dijo la especialista.

Comúnmente, el tema ambiental es abordado como un factor económico concerniente a varias industrias, y no como parte de una conciencia colectiva necesaria. Según Pellegrino, Brasil no es la excepción.

“En Brasil el tema del medioambiente se está manejando, en muchos ámbitos, como un tema económico. En ocasiones se presentan temas de interés económico como si se tratara de temas de interés medioambiental, e intentan cambiar las reglas de la industria o traer más costos alegando que es por el cuidado ambiental, pero en realidad es un engaño económico para las empresas o para la industria”, agregó.

Según la conferencista, las empresas también suelen usar el tema ambiental como herramienta de posicionamiento y mercadeo, diciéndoles a sus clientes que ofrecen beneficios o ventajas ambientales específicas. Nuevamente, la información llega a los consumidores de una manera ambigua.

“En esos casos, como nadie entiende bien el tema, el asunto se vuelve complejo, porque los consumidores van a comprar el producto porque se les ha dicho que es amigable con el medio ambiente, cuando tal vez no lo es”, explicó Pellegrini.

El problema en ese sentido es que no existe una reglamentación clara o una ley que regule lo que dicen las empresas. Por ejemplo, la especialista dijo que en una ocasión, una empresa aseveró en una pieza publicitaria que “el papel era mejor que el plástico, sin detenerse a dar explicaciones concienzudas”.

El rol de los empaques en la cadena sostenible
La industria de los envases se enfrenta al gran desafío de cambiar su imagen de villano, cuando de sostenibilidad se trata. El objetivo es buscar canales de trabajo mancomunado con los demás actores de la cadena con el fin de encontrar soluciones y evitar la desinformación.

“Ningún empaque llega vacío al supermercado. Todos contienen un producto. El tema del medioambiente no es específico de la industria del empaque, también le concierne a los hábitos de consumo de los compradores, a la intervención del Gobierno y al interés de otras industrias”, explicó Pellegrino.

Uno de los mayores problemas que tienen los empaques es que la mayoría de sus beneficios son intrínsecos e imperceptibles a los ojos del consumidor. La protección del producto, la presentación y la información son factores básicos que no constituyen un valor agregado. Según la especialista, la única característica que realmente afecta al consumidor es la conveniencia: el hecho de que el comprador pueda consumir el producto de una forma más rápida y fácil.

“Aunque la mayoría de los beneficios son intrínsecos, lo que sí es visible es el volumen de los empaques en la basura, la acumulación de desechos en las grandes ciudades y el costo de su recolección. Por eso la industria de los empaques no goza de una imagen positiva (…) Actualmente, los envases están orientados a las demandas del consumidor, pero tenemos que pensar de una forma más estratégica y saber qué va a pasar con el empaque después de que se consuma el producto y cómo vamos a lograr que esos envases vuelvan a la cadena productiva”, agregó.

La responsabilidad compartida
Normalmente, el discurso del cuidado del medio ambiente está acompañado de temas como la huella de carbono, o footprint, que aducen a los efectos de los empaques, pero se suele dejar de lado el impacto generado por la producción de los alimentos y el transporte de los mismos.

Los envases son sólo una pequeña porción de la ecuación sostenible, si se tiene en cuenta que la producción de un alimento puede representar hasta 40% del impacto ambiental, mientras que el transporte de los bienes de consumo llega hasta 50%.

“El problema radica en que esa información no la damos a conocer, y eso tiene que ver con que la sostenibilidad cada uno la entiende de una forma diferente. La sociedad y las industrias nos preguntan (a la ABRE) cuál es el envase realmente sostenible, pero lo que en realidad debemos preguntarnos es qué es sostenibilidad”, afirmó Pellegrino.

Como una iniciativa informativa sobre los empaques y su participación en la cadena de consumo sostenible, la ABRE desarrolló una cartilla de “directrices de sostenibilidad para la cadena productiva de envase y bienes de consumo”, que describe las acciones que deben adelantar cada uno de los actores de la cadena para generar una sociedad más sostenible.

“Tenemos que hacerle ver a la sociedad que el tema de sostenibilidad no es solamente ambiental y que no podemos trabajar este tema sin considerar los efectos sociales y económicos. También debemos enseñarles a los consumidores cuáles son los materiales reciclables, para que ellos mismos se encarguen de que lleguen a los centros de acopio (…) En Brasil hemos desarrollado un símbolo, que será incorporado en ISO 14021, para que los fabricantes de bienes de consumo identifiquen en sus empaques la materia prima de los mismos”, agregó la especialista.

Aspectos clave de los empaques
inalmente, la conferencista habló sobre una seria de aspectos críticos de los empaques, que impulsan su carácter sostenible, benefician a los consumidores y fomentan la consecución de una industria amigable con el medio ambiente.

A su vez, estos factores constituyen indicadores de medición anual para lograr una huella de carbono mínima:
Transporte: Es necesario transportar más producto en los mismos vehículos, porque las emisiones de CO2 constituyen una parte clave del impacto ambiental. Este es un reto de efectividad.

Protección del producto: Se debe buscar que el contenido de los empaques esté protegido. Aunque esta es una característica básica de los envases merece especial cuidado, si se tiene en cuenta que el daño que puede producir un producto es mucho mayor que el impacto del empaque en sí mismo.

Proporción empaque/producto: Es necesario que el diseño de los empaques sea acorde con la cantidad del producto que contienen. También es importante hacerle saber al consumidor que el producto que adquiere no está “sobreempacado”.

Aprovechamiento del producto: En muchas ocasiones, el diseño de los envases no permite que el producto sea usado en su totalidad. El empaque debe impedir que se desperdicie el producto.

Vida útil más larga: El empaque debe cuidar de tal forma al producto que la fecha de vencimiento sea más duradera.

Canal de comunicación: El envase debe ser una herramienta que le muestre al consumidor, con simbología específica, los materiales del empaque, el modo de desecharlo y la manera en que será reciclado.

“Reciclabilidad” de los empaques: En los casos en los que los envases tienen varios componentes, se debe tener claro el procedimiento de separación de los mismos, para que puedan ser reciclados.

Uso de materiales reciclados: En la medida de lo posible, las empresas fabricantes de bienes de consumo deben tratar de reutilizar materias primas recicladas o provenientes de fuentes reciclables.