Friya: el nuevo empaque para transportar alimentos congelados

Friya: el nuevo empaque para transportar alimentos congelados

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Los mexicanos David Jorge Hérnandez Ibarra, María Haro Lara y Raúl Aceves Gutiérrez -diseñadores egresados del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD)- fueron premiados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial del Embalaje (WPO, por sus siglas en inglés) por su proyecto "Friya": una bolsa ecológica reciclable con la que se pueden transportar alimentos sin que se descongelen o descompongan.

El empaque contiene un químico que permite que los alimentos se mantengan congelados por hasta dos horas, sin necesidad de aplicar hielo o mantenerse en un equipo de refrigeración. Además, está hecha de materiales reciclables: "La parte principal es de papel mineral, elaborado con carbonato de calcio o cáscara de huevo, que se deshace en polvo cuando lo tiras a la basura y es más ecológico porque no cortas árboles ni usas químicos para su producción", explicó Hernández Ibarra.

David Jorge añadió que la bolsa interior, que mantiene el material congelante, está fabricada en un "bioplástico hecho a partir de almidones, caña de azúcar, maíz o huesos de aguacate, que se puede compostar. El material congelante es un químico que no afecta el medio ambiente, no se degrada, pero ayuda a almacenar la humedad en el suelo".

La bolsa puede ser adaptada para cualquier alimento congelado como carnes, verduras, lácteos, pescados, mariscos y cualquier producto de origen animal. Costaría aproximadamente 20 pesos mexicanos y ayudaría a evitar el desperdicio de comida, al proporcionar una adecuada cadena de frío en el eslabón más débil de la cadena de suministro: el consumidor final.

"El objetivo es que el consumidor final no rompa la cadena de frío que deben de tener estos alimentos. La bolsa puede ser utilizada una vez que los compra en el supermercado o los mercados y los transporta a su casa para refrigerarlos", señaló Hernández Ibarra.

La bolsa tiene una vida útil de 6 a 12 meses; el material es resistente y completamente impermeable al jugo que suelta el alimento; se puede tirar a la basura, donde se deshace sin contaminar; es ligera y apta para soportar hasta cuatro kilos de peso.

Este proyecto, que hizo parte de la tesis de los desarrolladores, ganó además el concurso "International Packaging Design Student Competition".

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