Cooperativa de Impresores y Papeleros de Bogotá: una iniciativa solidaria y exitosa

En la historia de la industria gráfica colombiana, el papel ha sido durante muchos años un actor protagónico de su desarrollo y un elemento crucial en la relación de las empresas del sector con los gobiernos y las empresas proveedoras. Durante las últimas décadas del siglo XX, las limitaciones en el abastecimiento impuestas por las restricciones a las importaciones constituían una de las principales dificultades que debían enfrentar los talleres gráficos del país, en especial los medianos y pequeños.

Unidos para crecer
En 1975 un grupo de 91 impresores, siguiendo la iniciativa emprendida años antes por empresarios de Medellín como Gustavo Arbeláez Ramírez y Enrique Escobar, conforma la Cooperativa de Impresores y Papeleros de Bogotá (CIPB), regidos por los preceptos de la economía solidaria, y trabajando con la misión de regular la comercialización de las materias primas y los insumos para las empresas gráficas de la capital colombiana.

Venciendo dificultades propias del mercado y la resistencia de productores y distribuidores de papel, que no vieron con muy buenos ojos su constitución, la Cooperativa mostró en su primer año de operaciones resultados económicos positivos y empezó a consolidar su estructura administrativa y logística. Paralelamente, se fortalecieron sus órganos de gobierno, el consejo de administración, el comité de educación y los procedimientos comerciales que han regido a lo largo de su trayectoria de casi cuatro décadas en el país.

Una evolución sólida
El papel de la CIPB como una entidad reguladora de los precios, que mediante la eliminación de la intermediación permitió el acceso al papel para un grupo creciente de pequeños y medianos empresarios, atrajo el interés de muchos impresores de Bogotá. La modalidad de afiliación de los socios, que ingresan a la Cooperativa bajo el esquema de un aporte inicial y del pago diferido del saldo en cuotas, impulsó también su desarrollo y permitió que en el transcurso de unos pocos años la membresía ascendiera a cerca de 180 socios.

Pero no sólo ha sido su papel como un proveedor confiable de materias primas e insumos la misión que los socios de la CIPB aprecian tanto. A lo largo de su historia, la Cooperativa ha estructurado una serie de beneficios que comprenden programas de capacitación, planes de salud, e inserción de proyectos como los de Transformación Productivade Bancoldex, o el trabajo conjunto en iniciativas con la Cámara de Comercio,que han contribuido al bienestar social, económico y profesional de sus asociados.

Retos superados
La trayectoria de la CIPB no ha estado exenta, sin embargo, de momentos difíciles.  En 2008, la crisis económica generalizada que sufrió el mundo, y sus efectos sobre el país, llevaron a la Cooperativa a afrontar momentos de incertidumbre. El impacto de los desajustes económicos sobre los distintos sectores productivos repercutió negativamente sobre la actividad de los impresores asociados. El mercado gráfico depende de manera fundamental del desempeño de los distintos sectores industriales y del comportamiento general de la economía. La situación vivida entonces, durante parte de la primera década del siglo, condujo a una reducción de la demanda de productos como publicomerciales, cajas plegadizas, libros y revistas y, en general, del conjunto de elementos que conforman el portafolio de los talleres gráficos. Los asociados apoyaron, no obstante, a la Cooperativa, buscaron financiación para mantener el flujo de materias primas, y permitieron a la CIPB superar los obstáculos, y seguir avanzando en el cumplimiento de sus preceptos cooperativos.

Respaldo amplio y profesional
La apertura de los mercados propiciada por los tratados de libre comercio firmados por Colombia con varios países del mundo abrió la posibilidad para que la CIPB ampliara su oferta de papeles con referencias importadas de países productores tradicionales como Brasil, Chile, Alemania y Estados Unidos, entre otros, que han fomentado un mayor número de calidades y alternativas para los impresores asociados. Un requisito especial de la oferta de papeles importados se asocia para la Cooperativa con el cumplimiento de las certificaciones de responsabilidad ambiental de las fábricas papeleras proveedoras.

La CIPB ha extendido los servicios prestados a sus asociados con la integración en sus instalaciones de un sistema de computador a la plancha (CTP), que les brinda a las empresas que no cuentan con esta tecnología la posibilidad de preparar las planchas de impresión, y facilitar así sus procesos. Igualmente, y como parte de un portafolio de servicios denominado SIC (Servicios Integrados de Calidad),los asociados reciben soporte especializado y asesoría en temas como gestión ambiental, seguridad industrial, productividad, además de acompañamientos en la implementación de normas técnicas de calidad, gestión ambiental y control de procesos. Estos servicios se complementan, además, con un respaldo técnico relacionado con labores de manejo y disposición  de residuos peligrosos.

Un futuro prometedor
Los directivos de la CIPB orientan su gestión bajo estrategias centradas en la planeación estratégica, y en el fortalecimiento de una política de gobierno corporativo, que se traduce hoy en la viabilidad económica de la entidad, y en un positivo balance social para sus asociados. En los últimos seis años la asesoría permanente de expertos organizacionales, y el desarrollo de programas de certificación en calidad y medio ambiente han llevado a la Cooperativa a convertirse en el segundo proveedor de materias primas e insumos para la industria gráfica de Bogotá, que representa casi 40% del total del sector en el país, con ventas que ascienden a cerca de 35 mil millones de pesos al año. James Rubio, su presidente, resume el espíritu de trabajo de la CIPB con sus asociados, señalando que “Estamos comprometidos con el cambio en todos los aspectos de nuestras vidas, con la migración a nuevas tecnologías, con la innovación, con el planteamiento de nuevos objetivos que puedan contribuir a que el sector de la comunicación gráfica mitigue los impactos ambientales que se generan en sus procesos productivos, y a implementar estrategias de responsabilidad social empresarial que promuevan el mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores y aseguren su crecimiento y el de sus familias”.

Este compromiso responde, igualmente, a la necesidad de atender las tendencias de la industria, y enfrentar desafíos mediante el desarrollo de nuevos negocios y alternativas para los asociados. “De manera permanente monitoreamos el mercado y asesoramos a los impresores y papeleros de la Cooperativa para seguirle el paso a los cambios en la industria, para actualizar su infraestructura productiva, y promover el crecimiento de las empresas gráficas que agrupamos”, afirma Jesús Sánchez, enfatizando además en la necesidad de fortalecer los pilares del crecimiento, y la permanencia de sus asociados: modernización en equipos y maquinaria, capacitación de los trabajadores y consolidación de los nichos de mercado para sus productos.

Este artículo vieve de la revista con el código 0314COOPERATIVACOLOMBIA.