¿Cómo y por qué han cambiado la educación y la capacitación en la planta de impresión?

Las industrias de la conversión y de la impresión avanzan rápidamente. Las técnicas, las tecnologías y las exigencias por parte de los clientes están en constante renovación. De cara a estos cambios, la educación para la industria también ha tenido que actualizarse.

Como existen varias razones y generadores del cambio, además de numerosos sectores para ser considerados de manera individual, este artículo se concentra en la industria de impresión flexográfica y su relación con otros de los jugadores principales.

Varios cambios han tenido lugar durante la última década: el tiempo en salir al mercado y el ciclo de producción se han reducido, la automatización ha diminuido la cantidad de personal de producción en varias fábricas de impresión y el color es visto como una parte esencial del empaque. Así mismo, el mercadeo -combinado con fuerzas cada vez mayores- atrae al cliente a las estanterías de productos de los supermercados.

Previamente, varias escuelas y universidades han incluido la impresión y las artes gráficas dentro de sus programas académicos para atraer a los jóvenes hacia la industria, principalmente mediante el uso de prensas offset con planchas. En este campo, la tendencia es que cada vez una cantidad menor de escuelas tenga prensas en funcionamiento e instructores de impresión, lo cual favorece la capacitación por computador. Tal situación reduce la posibilidad de que los potenciales empleados de impresión reciban capacitación con prensas reales.

Los requerimientos de costos y espacio para prensas de gran tamaño se han convertido en un lujo que la mayoría de instituciones no se puede dar. Por esta razón, la posibilidad de utilizar prensas pequeñas y simulaciones basadas en computador ha hecho de la flexografía una opción favorable. Varias instituciones de educación superior están agregando este proceso de impresión a sus programas de capacitación.

No obstante, el limitado número de estudiantes en estos programas es un indicativo de que muchos de ellos están destinados a obtener posiciones gerenciales a corto plazo y no una carrera prolongada en producción. Por lo tanto, el reducido número de empleados en plantas de impresión y la baja cantidad de nuevos estudiantes en programas de impresión han ocasionado cambios en todos los niveles de la industria y la educación, aunque el verdadero impacto aún está por venir.

Los cambios significativos en las técnicas de capacitación y en los métodos de evaluación utilizados obeceden a los cambios tecnológicos, combinados con la falta de personal disponible que permita a los individuos dejar su sitio de trabajo para capacitarse. En el caso particular de la flexografía, es necesario implementar un sistema de capacitación porque las técnicas y las tecnologías son casi irreconocibles respecto a lo que eran hace 10 o 20 años.

A pesar de este panorama, la flexografía se encuentra en una mejor posición que otros procesos de impresión. Muchos de los empleados que operan prensas de banda offset y de grabado en Estados Unidos entrenaban en los tiempos de auge de la década de los setenta pero, dada la creciente automatización, la reducción del cuerpo de personal de prensa y la falta de oportunidades de educación y promoción en muchas de estas compañías, ahora enfrentan un gran problema demográfico. Muchos de los prensistas han ascendido dentro de las empresas o han salido de ellas, sin que haya un reemplazo natural para ellos. Algunas de estas compañías están girando a la automatización para tratar de eliminar este obstáculo, aunque otras empresas están dando un giro hacia nuevos métodos de capacitación con el fin de acelerar el ingreso de empleados potenciales para estos empleos de impresión.

Con esto en mente, la flexografía ha encontrado dificultades desde la década del 90 para encontrar suficientes prensistas calificados que respondan a la demanda. De esta manera, son principalmente las compañías las que capacitan a sus propios prensistas. Esto se lleva a cabo en una gran variedad de formas, con diferentes resultados de éxito.

Probablemente, el método de capacitación más común, inclusive hoy, es el entrenamiento práctico, en el cual el alumno aprende de otro prensista o un supervisor mientras que opera una prensa. Este método permite enseñar las habilidades básicas, pero se fundamenta en el conocimiento de las personas de las cuales se está aprendiendo, y esto puede prestarse para difundir información buena, mala o desactualizada. Dichos empleados normalmente son lentos en reconocer las fallas y aún más lentos en identificar sus causas, lo cual genera como resultado desperdicios significativos o quejas de los clientes.

Para encarar la necesidad de una mejor capacitación en el sitio de trabajo, se han desarrollado varias técnicas y herramientas que ayudan a entrenar al personal. Algunas de ellas son los materiales de impresión, el suministro de guía y comprensión del proceso, como las series FTA FIRST, que brindan directrices a las compañías para que implementen la flexografía de forma consistente.

Pero muchos de los materiales desarrollados están basados en computadores y herramientas multimedia tales cómo los discos compactos de FTA FlexSys, los simuladores y los programas de entrenamiento basados en Internet, entre otros. Estas herramientas son excelentes, aunque inicialmente fueron sobredimensionadas como la solución para todas las necesidades de capacitación, sin tener la experiencia ni entender su implementación.

Además, el uso de estas herramientas era demasiado costoso, pues cada uno de los discos compactos costaba entre 50.000 y 100.000 dólares, y el simulador FlexSys fácilmente llegaba a costar un millón de dólares. De esta forma, los precios redujeron el alcance y el impacto de estos productos en la industria.

Así mismo, los programas de entrenamiento que exigían un soporte significativo fallaron debido a la falta de apoyo, más que por ser una mala técnica de capacitación. Varios desarrolladores asumieron que las compañías de impresión iban a dedicar instructores en el sitio de trabajo para el año 2000, pero realmente en la actualidad es probable que haya menos que en 1990.

Una forma de enfrentar una debilidad clave de todos estos paquetes ha sido la necesidad de producir un programa de entrenamiento más completo e integral que requiera soporte mínimo y que tenga una forma de evaluar estandarizada. Muchos de estos programas de capacitación utilizan una variedad de técnicas y métodos de entrenamiento que maximizan la transmisión de la información de una forma amigable para el usuario mientras se minimizan costos y exigencias de tiempo para las compañías.

Dichos programas tan completos incorporan estándares de evaluación nacionales o propios del sitio de trabajo, tales como los paquetes de competencias en Flexografía I - IV (Flexo Skills Sets I - IV), que permiten certificar a un empleado según sus habilidades, a través del entrenamiento dentro de la empresa o el sitio de trabajo.

Adicionalmente, herramientas tales como el simulador FlexSys han incrementado su facilidad de uso mediante la presentación de un sistema de nivel de entrada que se puede utilizar apenas se saca de la caja, con 50 ejercicios previos, libros de ejercicios para entrenamiento individual de los usuarios y soluciones a tales ejercicios, que minimizan las exigencias de soporte por parte de un administrador. Por un precio de 5.000 dólares para los miembros de la FTA, tan solo 15 por ciento del costo original, el sistema está dirigido específicamente a las necesidades para el nivel de entrada. De forma exitosa, el simulador proporciona conocimientos, experiencia y confianza en la detección de fallas y en la comprensión del proceso; sin embargo, el simulador en sí mismo presenta sólo una parte del espectro, pues debe combinarse con la práctica en el mundo real para así optimizar su uso.

El desarrollo de los currículos de capacitación que se ajusten a las necesidades de cada empresa continúa, pues no existe una solución que les sirva a todos. Las soluciones necesitan inversiones en tiempo y esfuerzo por parte de las empresas, pero la educación es una herramienta clave para la rentabilidad en el futuro.

Como signo de lo anterior, algunas de las compañías que decidieron que la automatización sin educación era la forma de avanzar antes y después del año 2000 están ahora volviendo a la educación para llenar el vacío que se presumía que se había eliminado. Aún con toda la automatización del mundo, la impresión es una industria que cambia a diario y este constante cambio y variabilidad convierten a la automatización en tan sólo una parte de la respuesta. Muchas compañías están descubriendo que son los empleados de tales plantas quienes pueden hacer la diferencia entre la pérdida y la ganancia. Ellos toman las decisiones de compra críticas respecto a lo que causa problemas en la prensa, lo cual a su vez resulta costando más de lo que pensaban que podrían ahorrar. Estas empresas están entrenando a sus empleados para que entiendan el proceso y para que tomen decisiones inteligentes de manera rápida, con base en la información en lugar de los rumores, las creencias populares o solamente el precio. Esta es verdaderamente la forma mediante la cual, en el fondo, se mejora el balance de las ganancias.

Incluso hoy en día, todos estos cambios son tan solo la punta del iceberg. La necesidad de personal de preprensa para la producción y el manejo gráfico se está reduciendo rápidamente gracias a que el creciente poder de cómputo y la automatización están eliminando empleos de preprensa. Las personas que actualmente se estén entrenando con la esperanza de sentarse frente a un computador en una compañía de preprensa se encontrarán con una gran decepción dentro de cinco o 10 años. Como ejemplo de lo anterior, en el 2003 una de las principales empresas europeas de consumo que hace productos alimenticios para personas y animales utilizó 76 casas de prensa para llevar a cabo todos los trabajos; en abril del 2004 utilizó solamente dos, una para offset y otra para empaque. En el 2005 y el 2006 esperan reducir el número de impresores en 50 por ciento. Todo esto se hizo con el fin de reducir costos, pero principalmente, de ganar control y consistencia del proceso. Ésta es una tendencia que de seguro se va a incrementar.

Los cambios en la industria apuntan a que en el futuro probablemente existirán menos empleados, y aquellos que permanezcan deberán estar mejor enterados y tener más habilidades. La educación debe continuar enfocándose en las necesidades de la industria, lo que significa mayor uso de la tecnología en combinación con la experiencia de la vida real y del día a día. Pero el sistema educativo no puede hacer esto por sí solo. La industria debe avanzar y ayudar en el desarrollo de productos y programas con el fin de garantizar que puedan suplirse las cambiantes necesidades de los clientes en el futuro.